Miguel Fortín Magaña: ???Estamos dejando morir a una generación que no tiene esperanza???

El exdirector del Instituto de Medicina Legal augura un 2016 con una escalada de violencia aún mayor     y lamenta que sean los jóvenes menores de 35 años las principales víctimas.

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Exdirector del Instituto de Medicina Legal de El Salvador, Dr. Miguel Fortin Magaña.

/ Foto Por ??scar Iraheta

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2016-01-17 7:44:00

La última denuncia contra la corrupción que hizo el exdirector del Instituto de Medicina Legal, José Miguel Fortín Magaña, antes de despedirse, fue que su sustituto sería elegido por “cuello” y no por capacidad. 

El doctor Fortín Magaña siempre fue un funcionario que no se cayó ante lo que consideró fuera de orden.

Denunciar la corrupción fue lo que le caracterizó durante sus cinco años de gestión, algo que le trajo muchos problemas y críticas del expresidente Mauricio Funes y de otros funcionarios. 

Polémico, irreverente y “sin pelos en la lengua”, sus actuaciones terminaron en su destitución en 2012 por el expresidente de la Corte Suprema, Salomón Padilla. 

Empero, un amparo que presentó ante la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia detuvo la orden y continuó en el cargo hasta el 31 de diciembre pasado.

Fortín Magaña dice que se retira con un sabor amargo y no como él hubiera querido. Esta sensación, dijo, tiene que ver con las últimas decisiones, que alega se tomaron en la Corte Suprema de Justicia y que según él son “una payasada”.

 Sin embargo, el doctor aseguró sentirse satisfecho con el trabajo que realizó junto a un buen grupo de profesionales, entre médicos y personal administrativo. Aunque reconoce que aún falta mucho por trabajar en Medicina Legal. 

El profesional indicó que deja una institución un poco más moderna para el trato de los cadáveres, un moderno laboratorio de ADN, vehículos para transportar cadáveres y muchos otros logros. 

Sobre las polémicas generadas con su gestión, cree que fue por ser transparente y difundir la cantidad de homicidios que se cometían en el país. Algo que para él es alarmante y que cada día lleva a los salvadoreños a una especie de “camino al infierno”. 

El siquiatra reveló que trabajará en una universidad privada, ya que le encanta la docencia, y en su consultorio propio. 

Pero eso sí, sostiene que seguirá denunciando la corrupción de los funcionarios, porque le gusta el trabajo político, pero aclaró que jamás lo hará como diputado de la Asamblea Legislativa. 

Convencido de que el país enfrenta una crisis de violencia, que ya se salió de las manos, no augura un buen 2016, porque cree que “mientras no se cambie la forma cómo se han venido haciendo las cosas”, no podrá frenarse la escalada de violencia.

Ese, dice, es el principal reto al que se enfrentan no solo las instituciones de justicia, sino todo un país. 

“Se está perdiendo a toda una generación”, señaló con tono preocupado, al referirse a que la mayoría de asesinatos en el país es de jóvenes menores de 35 años. Y que los que sobreviven, añade, no tienen esperanza.

ESTAS SON SUS PRINCIPALES CUESTIONAMIENTOS Y PROPUESTAS

“La gente está ya sin esperanza y con  miedo”

Diciembre de 2015 cerró con un promedio de 20 asesinatos diarios. Y en 2016, la escalada de violencia no parece que vaya a disminuir. Solo en el primer día de este nuevo año se registraron 41 homicidios, entre ellos dos masacres. 

“La gente está ya sin esperanza y con un miedo profundo, es urgente hacer algo, pero distinto a lo que se ha venido haciendo”, advierte Fortín Magaña, quien ve necesario que el Gobierno impulse planes verdaderos de combate a las pandillas. 

¿Cómo ve el panorama en 2016 para los salvadoreños?

El Salvador va a encontrar una solución a los problemas y los niveles de violencia van a disminuir cuando las personas que dirigen el país cambien su forma de pensar y entiendan lo que es la democracia y no lo que les da la gana. Este año, por lo que veo, vamos a seguir igual. Si nosotros seguimos con las mismas premisas los resultados seguirán siendo los mismos. 

Si queremos cambiar debemos hacer esfuerzos en la investigación científica y forense. La Policía debe cambiar la forma de hacer las cosas, el Gobierno debe rectificar las acciones que ha tomado y replantear sus planes en la lucha contra la violencia.

¿Como cerró 2015?

 El año lo cerramos aproximadamente con 6,670. El año 2015 lo catalogamos con un año histórico, como el más violento en la historia de El Salvador. La idea no es decir que estamos mal, sino también qué vamos hacer para cambiar. 

¿Hay solución al problema de la violencia?

Sí, hay solución, lo que tiene que hacerse es cambiar la actitud de los políticos que parece ser que solo les interesa su bienestar y no el del pueblo. 

En 2016 vamos a seguir igual hasta que no haya un cambio, tenemos que cambiar premisas como la modificación en la investigación científica del delito, eso es vital para comenzar a resolver el problema.

Es urgente impulsar la investigación científica

Aunque depende de la Corte Suprema de Justicia, el funcionario aseguró que el Instituto de Medicina legal tiene el presupuesto suficiente -15 millones de dólares anuales – para salir adelante, siempre que se ha haga una adecuada gestión; además, reconoció que aún hace falta mucho trabajo por hacer, sobre todo en el tema de la investigación científica.

¿Qué hay que hacer para mejorar el trabajo del IML?

Falta mucho en investigación. Hemos colapsado. Solo se dice en muchos casos que las maras matan a la gente y ahí terminó toda la investigación. Somos un Estado que no investiga y que no tiene control de su territorio y cuando eso pasa, es un Estado que va a fallar en su contención de la violencia. Si el 95 por ciento de los salvadoreños no se siente seguro es que algo está pasando. No es culpa de la prensa, ni de Medicina Legal, no es culpa de la sociedad, ni de ANEP. La responsabilidad no es de todos, es del Gobierno y sus instituciones. Los impuestos no van a resolver el problema. 

¿Qué debe hacerse entonces? 

Trabajar con voluntad y con la certeza que no habrá impunidad en tanto los actores  y autores  se percaten que no están sobre la Ley. Debemos de entender que todos los salvadoreños no estamos por encima de la Ley. 

¿Y en investigación científica, cómo va el país?

Es esencialmente importante, poder  avanzar más. Hay que crear un banco de ADN,  yo lo dejé en la base, queda pendiente la formación del software AMPM, que ya está hecho el convenio.

Están las morgues móviles para el interior, pero hay mucho que hacer todavía, está comenzado el trabajo.

“Tiene que desaparecer la impunidad

Aunque las autoridades de Justicia y Seguridad han insistido en que la mayoría de quienes son asesinados es pandillero o está ligado a la criminalidad, el exdirector de IML, José Miguel Fortín Magaña difiere con esto.

Durante sus cinco años al frente del Instituto fue testigo de innumerables crímenes de jóvenes que murieron solo por el hecho de ser jóvenes, por vivir en territorios controlados por pandillas distintos a donde ellos residían. Pero también ha sido testigo de la muerte de profesionales y catedráticos, entre otros. “La víctima ha cambiado”, dijo enfático.

¿Usted ha dicho que una generación se está perdiendo?

Estoy convencido de que uno de los grandes problemas de nuestro país es que estamos dejando morir a una generación y aparentemente no nos interesa, una generación de salvadoreños sin esperanza, que tiende a caer en descuido más absurdo de las autoridades,  unos se están yendo del país  o están siendo asesinados en estas tierras…

¿La mayoría de víctimas son jóvenes?

Hay cosas que no podemos pasar inadvertidas, por ejemplo, el 80 por ciento de las víctimas es gente muy joven, por eso una generación se está perdiendo, y por el otro lado, el 90 por ciento de los homicidios es producido con arma de fuego y no con cualquier proyectil… son de alto calibre. ¿De dónde las personas asesinas están sacando esos proyectiles, de dónde?

No se trata de que haya una bala por ahí… ahora vemos un tipo de muertos que no veíamos hace unos años,  los rocían de balas. Estamos camino al despeñadero, pero tiene que desaparecer la impunidad, eso nos devolverá la esperanza.