La crisis de refugiados del Triángulo Norte de Centroamérica no solo pone al límite los recursos de los países para atender a los desplazados, sino también la capacidad de procesamiento de las solicitudes de asilo.
“Es una palabra fea porque la gente llega a solicitar la condición de refugiado, pero hay que ver después si las historias son creíbles, si lo que dicen tiene pies y cabeza y eso requiere un proceso de entrevista y de análisis”, expuso el representante regional del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Fernando Protti-Alvarado.
Aunque son los gobiernos los que reciben las solicitudes de asilo, ACNUR las registra y brinda asistencia.
Protti-Alvarado señaló la importancia de que las personas que solicitan asilo puedan presentar documentos que respalden su historia y por qué necesitaron huir de su país de origen.
Ante el anuncio de Estados Unidos de que podría ampliar la admisión de refugiados para centroamericanos que huyen de la violencia, el representante de ACNUR dijo que existe la necesidad de un programa regional para procesar las solicitudes, además de atender a quienes deben salir de su país por el riesgo de perder la vida.