Cada mañana, Ricardo Antonio Funes Siliézar salía a vender los diarios en diferentes colonias de Cuscatancingo.
El jueves, poco antes de las 8:00 a.m., él fue interceptado por unos pistoleros cuando entregaba el periódico en una casa situada en la avenida Las Margaritas, en la colonia El Porvenir.
Algunas personas que se concentraron cerca de la escena relataron que supuestamente el hombre, de 34 años, se había librado de ser ultimado por pandilleros dos veces.
La primera ocasión lo habrían intentado apuñalar cuando estaba en una fiesta.
Días después fue interceptado en una cancha pero a los homicidas se les habría encasquillado el arma de fuego y no lograron matarlo.
Esta versión no fue confirmada por la Policía ni por sus familiares.
Algunos allegados del hombre dijeron que tenía unos tres meses de dedicarse a ese oficio y deja en la orfandad a una niña de dos años.
Otros agregaron que, tiempo atrás, el vendedor estuvo involucrado con una pandilla pero había desertado cuando empezó a congregarse en una iglesia evengélica, cerca del punto de microbuses de la Ruta 24.
Las fuentes sostuvieron que Ricardo Antonio colaboraba con la escuela dominical de la iglesia entrenado a los niños futbolistas.
En contraste, la Policía informó que Funes era un colaborador de la pandilla 18.
En los últimos cinco meses las autoridades han registrado más de una decena de muertes violentas en Cuscatancingo, entre ellas una masacre que causó cinco víctimas.