AHUACHAPÁN. A menos de un mes de que Guatemala realizara trabajos de mejoramiento en el puente El Jobo, en la frontera ubicada en Las Chinamas, Ahuachapán, las losas de concreto que están en el lugar han comenzado a hundirse y a separarse, generando temor entre las personas que utilizan este puente.
A pesar de las obras, las losetas de seis metros de largo por uno de ancho han comenzado a fracturarse y los automovilistas consideran que podría generarse una tragedia si no se realizan acciones inmediatas, tal y como la que ocurrió en octubre del año pasado cuando dos losas se quebraron debido al peso de un vehículo con carga. En esa ocasión, el paso fue cerrado varios meses hasta que se terminaron los trabajos de reparación.
Aunque el daño se encuentra en lado del vecino país, la situación afecta a todos en general. Algunas personas consultadas consideraron que quizá el material utilizado durante la reparación no fue el idóneo y por eso los trabajos no duraron.
Exigieron a las entidades correspondientes de ambos países unir esfuerzos para realizar trabajos de calidad que perduren con el tiempo.
Algunos, aseguraron, que ya no seguirán utilizando este paso debido al riesgo que representa. Dijeron que lo harán a través de las otras fronteras, tales como Angüiatú, en Metapán; San Cristóbal, en Santa Ana; o La Hachadura, en San Francisco Menéndez, Ahuachapán, aunque eso represente un mayor costo económico.
Por este paso fronterizo, en promedio, circulan a diario cinco mil vehículos, entre ellos, más de una treintena de buses internacionales y unos 175 camiones con mercadería y vacíos.
La cantidad de automotores aumenta en algunas temporadas, como la de fin de Navidad y fin de año, que están próximas.