El embajador de Japón acreditado en El Salvador, Masataka Tarahara, donó ayer tres camiones bombas para extinguir incendios, al Cuerpo Nacional de Bomberos, aprovechando que se celebraba el Día Nacional del Bombero Salvadoreño.
La misión diplomática también hizo entrega de 125 bombas mochila para el combate de los incendios forestales, cascos contra incendios, 350 pares de botas especiales, equipos adquiridos por un monto de 162 mil dólares.
El embajador de Japón, Masataka Tarahara, dijo que entregaban las motobombas para ayudar a la labor de los Bomberos.
“En el año conmemorativo del 80 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas de ambas países se pueda realizar este acto de entrega de tres motobombas.
on realizadas gracias a la buena voluntad del pueblo japonés y del esfuerzo de la embajadora de la República de El Salvador en Japón”, dijo el diplomático.
Agregó que anteriormente han donado cinco motobombas más.
“Deseo que se saque el mayor provecho de las motobombas en los Bomberos y sirva para la seguridad de los salvadoreños, como salvamento de vidas”, manifestó Tarahara.
El ministro de Gobernación Arístides Valencia, agradeció la donación japonesa.
“Nos sentimos muy orgullosos del desempeño de nuestros bomberos porque realizan una labor noble, humanitaria, con mucho empeño en beneficio del pueblo salvadoreño; una labor en que muchas veces se arriesga la vida para salvar otras”, dijo el funcionario.
Ayer fueron reconocidos 49 empleados que cumplieron entre 20 y 31 años de servicio en la institución.
El director del Cuerpo Nacional de Bomberos, Joaquín Parada, detalló que a 26 empleados se les entregó la medalla Cruz Maltesa de Bronce por cumplir 20 años de servicio; a otros 22 les fue entregada la Cruz Maltesa de Plata por cumplir 25 años de servicio y al inspector Ricardo Martínez Vásquez se le condecoró con la Cruz Maltesa de Oro por 31 años de servicio ininterrumpido.
Condecorados
El bombero Ricardo Martínez Vásquez recordó que hace 31 años, cuando se graduó de Bachiller del Instituto Técnico Industrial (ITI) y tenía 19 años de edad, ingresó a los bomberos para ayudar a la población.
Contó que durante los años de servicio ha vivido cientos de misiones y que algunas han sido riesgosas.
Recordó que participó en el rescate de personas atrapadas en el Edificio Darío, que colapsó durante el terremoto de 1986.
También participó en el rescate de alumnas de la Escuela Santa Catalina, en San Jacinto, en donde murieron más de 40 niñas.
“Sentía culpa de no poder hacer mucho, pero ahora nos hemos especializado”, dijo el bombero condecorado.
Asimismo dijo que participó en el rescate de pasajeros cuando se estrelló un avión comercial en el volcán Chinchontepec.
Hoy, cuando cumple 31 años de labor aún no piensa retirarse de los Bomberos . Más bien considera que debe seguir ayudando a la población.