Desde ayer, los feligreses abarrotaron la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en Antiguo Cuscatlán, para agradecerle a la “Morenita”, como le dicen de cariño, los favores recibidos durante el año u otra intercesión de la Virgen.
La afluencia fue masiva, tanto que a las once de la mañana más de 4 mil personas habían hecho la fila de veneración para visitar la imagen de la Virgen de Guadalupe.
Ayer durante el día y la noche, la feligresía se reunió en el atrio de la iglesia, en la cripta y en los alrededores del lugar, donde muchos vestidos de “inditos” entre ellos adultos cumplieron las promesas que le hicieron a la Guadalupana
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Durante la víspera de la fiesta principal los asistentes cantaron, rezaron y veneraron a la imagen de su “patrona”. Además la acompañaron durante la madrugada y celebraron con pólvora para cantarle las mañanitas.
La basílica inició desde agosto de este año los preparativos, en los que participan más de 100 personas.
“Buscamos que los feligreses encuentren un recinto de fe y que puedan venerar a la Virgencita en todo el orden posible”, aseguró una de las organizadoras, Maribel de Cámara.
Los peregrinos participaron de momentos de fe: hubo cinco misas, rezos de Rosario, coronilla a la Divina Misericordia, entre otros.
A eso de las cinco de la tarde inició la procesión desde la parroquia de los Santos Niños Inocentes, de Antiguo Cuscatlán, hasta la Basílica, donde hubo una solemne misa, la que fue oficiada por el Obispo Auxiliar de Tegucigalpa, Honduras, Juan José Pineda Fasquelle.
A las diez de la noche arrancó la serenata, en la que las voces de los presentes se unieron a viva voz para venerar a la Guadalupana.
Pero el ambiente de fiesta no paró allí, a las doce de la medianoche fue la quema de pólvora, la que alegró a los feligreses.
Era tanto la fe que muchos viajaron de diversas zonas del país y decidieron acampar en las instalaciones de la Basílica.
“Tenemos tanto que agradecerle a la Virgencita que quedarnos aquí es lo menos que podemos hacer por ella”, relató Alejandro Gómez, quien viajó con su familia desde Chalatenango.
Diferentes actividades
Las actividades de celebración para hoy inician con diferentes misas en la cripta a partir de las 6:00 a.m. y luego cada dos horas en el mismo lugar.
De 7:00 a.m. a 9:00 a.m. se realizarán los rezos del Santo Rosario en la cripta. A partir de las 11:00 de la mañana los feligreses pueden asistir siempre a la cripta para escuchar una charla sobre la Virgen María.
A las 3:00 p.m. se realizará el rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia, y a las 5:00 p.m. el rezo del Santo Rosario.
A las 7:00 p.m. se realizará la Santa Misa Patronal en el atrio de la iglesia, y a partir de las 8:00 p.m. se realizarán diferentes actividades artísticas en honor a la Virgen.
El domingo 13 de diciembre siguen las actividades de celebración, que inician a las 7:00 a.m. con misas cada dos horas en la cripta de la Basílica.
Luego a las 8:00 a.m., 12:00 del mediodía, y 5:00 p.m. se realizarán los rezos del Santo Rosario.
A las 10:00 a.m. habrá una conversación sobre un tema mariano;y a las 3:00 p.m. se realizará el rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia.
Con estas actividades finaliza la celebración de la solemnidad en honor a la Santísima Virgen de Guadalupe.
Calles cerradas
Para los festejos, la Basílica ha dispuesto restringir el paso de las calles aledañas.
Una de ellas es el carril en el que circulan los buses de las rutas 202, 205, 101-B, 34 y otras.
Dentro de Antiguo Cuscatlán, al final de la calle del Mediterráneo, frente al Instituto Hermanas Somascas, también se encuentra cerrada desde ayer, por lo que los agentes están desviando a los vehículos que transitan por esta arteria y el bulevar La Sultana, por la Calle Antigua Ferrocarril. Los conductores pueden incorporarse a San Salvador por la calle Las Rosas o la Avenida Walter Thilo Deninger. Rutas de buses como la 44 y 27 están siendo desviadas por estas calles.
Cuatro apariciones
Según las tradiciones el 9 de diciembre de 1,531 ocurrió la primera de cuatro apariciones que hizo la Virgen María a Juan Diego, quien pertenecía a una de las primeras familias indígenas cristianas de México.
Juan Diego quien nació en Cuautitlán, al norte de la Villa de Guadalupe, tenía 53 años cuando la Virgen hizo sus aparición, la primera de ella para decirle que deseaba un templo en la Villa, y que se lo comunicara al obispo Zumárraga, quien no le creyó.
Luego de dos apariciones más la Guadalupana se apareció a Juan Diego por cuarta vez. En esta ocasión la Virgen le dijo a Juan Diego que subiera a la cumbre del cerro del Tepeyac, y que ahí encontraría unas rosas de castilla, que llevaría como prueba de sus apariciones al obispo.
Al extender su ayate frente a él, y dejar caer las rosas, la imagen de la Virgen apareció plasmada en la manta de la vestimenta de Juan Diego, esto sucedió el 12 de diciembre, día en el que se celebra a la Virgen de Guadalupe.