Cruzar el Centro Histórico de San Salvador es desde hace años, una aventura para la que hay que armarse de paciencia.
La temporada navideña ha agravado la situación y son millares de vendedores los que ocupan no sólo las aceras, sino los carriles de circulación en las más importantes vías.
“Es una desgracia, la alcaldía tolera este desorden y los policías no hacen nada por ordenar el tráfico”, expresa un conductor con expresión de desesperación.
Como él, muchos pierden hasta una hora de su tiempo para cruzar el centro capitalino, entre los millares de ventas ambulantes y cientos de autobuses cuyos conductores transitan y se estacionan de la manera que se les antoja.
Muchos llaman a las autoridades municipales a cumplir sus obligaciones de ordenar ventas y piden a los agentes de tránsito, ordenar el paso de automotores.