Empresario chalateco ayuda a más de 400 personas pobres de Tejutla

El benefactor dice que descubrió “que dando es como recibimos”

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Los hijos de Pedro Cisneros, su nueva y yerno colaboran en la repartición de los desayunos que le entregan a los beneficiados

/ Foto Por elsalv

Por Lissette Monterrosa

2015-12-27 7:00:00

Los buses hacen la parada. Allí bajan las ilusiones y el agradecimiento de más de 400 personas de escasos recursos económicos, entre jóvenes y adultos de la tercera edad que asisten, una vez al mes, a recibir colaboración de una Familia que demuestra de esta manera “el amor al prójimo”.

  Padre, hijos y ahora las nueras y los yernos de la familia benefactora se suman a la recolección de desayunos, víveres y dinero para personas de escasos recursos que reúnen cada 13 del mes para entregarles la ayuda.

Pero este mes de diciembre no solo fue la ayuda que tradicionalmente se les venía entregando, fue un día especial, ya que también los niños hijos de las familias pobres recibieron juguetes y quiebre de piñatas, como su regalo de Navidad.

La mañana del 13 de diciembre, durante la quiebra de piñatas, los pequeños se aglomeraron para recoger los dulces que caerían tras los “garrotazos” que daba otro infante para romperla.

Además a la hora de la entrega de los juguetes se les dibujó una sonrisa, y sus ojos inquietos observaban aquél regalo que les fue entregado por la Familia Cisneros, días antes de la Navidad.

Los integrantes de este grupo familiar son los protagonistas de esta historia, la cual inició en 1973 con el creador de la Fundación Pedro Cisneros, quien expresó que “descubrí que dando es como recibimos”.

“En un inicio, las personas me buscaban y les daba mi ayuda, pero en ocasiones no me encontraban y se marchaban sin ella”, dijo. Por esa razón, hace 8 años, el fundador decidió el lugar, hora y fecha, que es el 13 de cada mes, a las 8:00 de la mañana, donde llegan cientos de personas, que muy alegres reciben lo que les obsequian.

Esa reunión se lleva a cabo en una de sus propiedades que tiene en el municipio de Tejutla, dónde desde las 7:30 de la mañana las puertas del lugar son abiertas, a la espera de que comiencen a entrar los cientos de personas pobres del municipio, sin exclusión alguna. El requisito especial es ser pobre, explica el benefactor de esta noble causa.

Se les entrega un desayuno, que consiste en un tamal, pan dulce y café, luego cada uno hace nueva cola para la entrega de viveres; en otra fila les entregan cierta cantidad de dinero, pero 80 de ellos tienen una tarjeta donde reciben una cantidad mayor y específica, por disposiciones de los donantes.

“Estos son clasificados. Me enfoco por los adultos mayores, porque ellos vienen por una necesidadš, manifiesta Cisneros.

Las personas que reciben la donación son de diferentes zonas de los alrededores del municipio de Tejutla, en el departamento de Chalatenango, quienes después del agasajo, se van muy contentos para sus casas.

Don Pedro Cisneros, como es conocido en el pueblo, tiene el propósito de mantener esta tradición mientras viva, para lo cual le pide a Dios que le dé fuerzas porque se siente feliz rodeado de gente humilde. A sus hijos, también le hace un llamado a que por nada del mundo vayan a dejar morir la Fundación.