José Miguel Fortín Magaña: ???Si uno se detiene por temor, uno se convierte en cómplice???

A días de deponer su cargo, el titular de Medicina Legal conversó con El Diario de Hoy. 

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/ Foto Por Jaime Anaya

Por Jaime López

2015-12-29 9:00:00

José Miguel Fortín Magaña concluye como director de Medicina Legal este 31 de diciembre, luego de esa fecha su cargo será ocupado por el subdirector, mientras la Corte Suprema de Justicia elige al nuevo director, proceso que él mismo ha cuestionado por no cumplirse con lo que la ley establece.

En sus 15 años de servicio como psiquiatra forense nunca pensó que algún día ocuparía el máximo cargo en esa institución forense.

“Siempre hay tres mil cosas que a uno le pasa en la vida y algunas ni siquiera las ha considerado ni valorado. En mi caso esa fue una. Si hubiera querido hacer una carrera pública, seguramente me hubiera metido a una profesión distinta: abogado, politólogo, pero me gustó la docencia, pero la psiquiatría me apasionó desde un principio”, relató.

Fue un día de diciembre, cuando se encontraba en un congreso en Europa, pero aclara que pagado con sus propios recursos, que el anterior presidente de la Corte, lo designó director interino de Medicina Legal.

Antes de ese nombramiento había decidido renunciar a su cargo de psiquiatra forense, porque consideraba que su ciclo o vida en la institución había concluido, pues ya no tenía tiempo ni para atender su propia clínica.

“Estando en Europa me habló el presidente de la Corte Suprema de Justicia, quien me propuso que me quedara a cargo de la dirección de la institución por un par de semanas, pero ese tiempo se hizo cinco años”, afirmó.

Asumió su cargo consciente de todos los problemas e inconvenientes que le esperaban, porque para empezar la institución había caído en un “profundo abandono”.

“Es increíble, porque si uno no ve la fotografía de aquel momento, podría decir que eso no es cierto, este tipo está mintiendo y no, realmente, después de su fundación por el recordado José Mateu Llort todo se fue desmejorando”, afirmó.

Desde la partida del fundador, todos se fueron olvidando de la institución y llegó el momento que Medicina Legal estaba totalmente olvidada.

“Todo lo que era nuevo se fue cayendo a pedazo, yo trabajaba en Medicina Legal y sabía cómo estaba, esos son los retos que uno debe enfrentar en la vida”, subrayó.

Al asumir la dirección, Fortín Magaña reconoce que no con todas las autoridades cayó bien, “es que la luz ofende a la oscuridad, cuando uno es honesto y llega a un cargo público como sucedió con el anterior presidente de la República, de quien, me he propuesto no mencionar su nombre por el desagrado que provoca, la situación se torna difícil”.

Y es que cuando se es enemigo de la luz, según él, todo lo que tiene que ver con la verdad, le hace cosquilla, le molesta y provoca la sensación de destruir. Eso fue lo que sucedió en el Gobierno anterior, cuando se decía la verdad, le incomodaba y eso “nos trajo grandes problemas, que se han mantenido en el tiempo”. 

No querían que se mencionara la cifra real de homicidios del país, de ahí que calificó al antecesor de Salvador Sánchez Cerén, “el Gobierno de la intolerancia e impunidad, que prometió hacer caso del mérito y lo único que no hizo, fue hacer meritocracia”. 

Desde ese tiempo para acá, asegura, enfrentar las incomodidades de los políticos que no les gusta oír cosas que no son verdad como “que ya controlamos la violencia, que ya no hay homicidios en nuestra tierra, pero eso no  es cierto”, aseveró. 

Todo eso, asegura, le trajo problemas, pero también, la gran satisfacción de poder dormir tranquilo cada noche y de ir todos los domingos a misa “y decir señor, tengo mil defectos y mil errores pero no he dicho cosas, que no son ciertas a nombre de Medicina Legal”.

Los resabios del Gobierno comenzaron a conocerse a través de los ahora conocidos como “troles”. Cada persona que decía algo y que no satisfacía al Gobierno de turno o autoridades en general, empezaba por ser insultado y decirse tres mil cosas contra ellas. Recordó los niveles de espías que se dieron subsiguientemente.

Fortín Magaña relató que a él, lo espiaron, “yo no tomo alcohol, nunca me he emborrachado ni he revelado secretos de mi consultorio, porque si los revelara otra cosa sucediera…”, advirtió. En ese sentido, confesó, que ni revela cosas intimas de su clínica ni toma alcohol. Pero los troles lo difamaron al hacerlo ver como un borracho que revelaba los secretos profesionales de la clínica.

A partir de ahí empezó una escalada sin precedente contra él, a la que calificó como la cobardía de los que no dan la cara y aprovechándose de la maquinaria del Estado, insistieron en que se callara. Cuando no lo pudieron silenciar, dice que pensaron en su destitución. 

¿Usted recibía llamadas telefónicas de presión? 

 Sí, me llegaron amenazar, tanto que tuve que cambiar el número telefónico de mi consultorio y mi número personal. Como soy un convencido de que la honestidad consiste en decir lo que uno piensa y actuar de acuerdo con ese mismo pensamiento, fui crítico de los despilfarro del Gobierno pasado. Yo nunca he usado ni un motorista para fines propios, excepto cuando participaría de un acto oficial. Desde que asumí quité todos los televisores, carros y motoristas a jefaturas y todo tipo de prebendas del anterior director. Todo contribuyó a que me atacaran desde los troles, pasaron a situaciones de amenazas personales e intento de destitución, pero nada me hizo cambiar de pensamiento. 

¿Junto a esos ataques de forma anónima estaban las notas oficiales en las que le quería silenciarlo? 

 Muchas de las amenazas o intimidaciones no se hicieron por escrito, sino verbalmente para no dejar rastro. La idea era advertirme primero y después vendrían las acciones de hecho, sobre todo el ataque de funcionarios a este servidor. Hubo mucha presión, hablé con mi esposa y le conté de todas las presiones y todo tipo de amenazas que me estaban haciendo y lo mejor que pensaba en esos momentos era retirarme. Sin embargo el tiempo pasó y como había mucho por hacer por la situación tan deplorable en que se encontraba la institución, todas las amenazas perdían su propósito.

¿Qué se hizo durante su gestión doctor?

En un pequeño libro resumo algunos logros como la residencia forense, modernización de los institutos de Medicina Legal de San Miguel y Sonsonate, en los que se dejó las bases y el dinero para que se inicie a partir del año que viene, de manera que se hizo mucho pero quedó mucho por hacer. Pero mi gran temor, es qué va a pasar a partir del próximo año, no es que me crea imprescindible en la institución. Este país necesita cierta dosis de heroísmo, funcionarios probos, honestos, no son muchos pero cada día son más, el caso de los cuatro magistrados de la Sala de lo Constitucional es uno de los ejemplos, pero eso no quiere decir que los demás, no lo sean. Como sucede también con algunos diputados y diputadas honestas, eso es lo que quiere el país, que se opongan a lo que está mal.

¿Qué le queda pendiente al próximo director? 

No dejarse vencer por las presiones políticas y decir la verdad siempre, eso es esencial, porque si no la credibilidad que pudo alcanzar Medicina Legal se va a perder.  Del otro lado, es importante continuar con la modernización que implica la sistematización académica, de laboratorios, más tecnología y formación de personal pericial. De lograrlo, el país tendría éxito, de no hacerlo, habría un retroceso, ya no se va hablar más y de repente también se van acabar los muertos. Ojalá que se acaben cuando sea de verdad. 

¿Sus principales detractores? 

 El Gobierno anterior.  Cuando no se quiere oír la verdad, entonces cualquiera que diga lo contrario se convierte en enemigo de ellos, esa es la dialéctica marxista, que establece que cualquiera que no piensa como yo, es mi enemigo. El problema, que en El Salvador hay muchos políticos que no tienen una verdadera vocación democrática. 

¿Sus enemigos eran funcionarios, ministros de Gobierno o diputados? 

Parece ser que tuve una plebe de enemigos gratuitos, desde el que ostentaba el sin nombre, desde el que ostentaba el cargo de la Presidencia de la República hasta el que fue por un año, un poco más, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, pasando por algunos gerentes del momento, uno que otro diputado, llegando a la Presidencia de la Asamblea Legislativa. Terminé de enemistarme con quien todavía pretende ser el Fiscal General de la República, un personaje que desgraciadamente no tiene tolerancia, que ha demostrado un sesgo terrible, que incluso ha llevado a todos sus detractores a la cárcel. 

¿Y qué le decían en las llamadas telefónicas anónimas que recibía?

Eran amenazas a la integridad; maldito te vas a morir, seguí hablando y te vas arrepentir y cosas parecidas. Si uno se detiene por temor, entonces uno se convierte en cómplice de la mentira. 

¿Las amenazas eran de todos los días o durante ciertos periodos de tiempo? 

Había épocas, decir que todos los días sucedía sería una exageración.  Pero una vez al mes ocurría, sobre todo cuando salía con mi obligación y quien me suceda debe continuarlo, dar declaraciones sobre la situación de los homicidios, tal y como lo dice la Ley. Cuando dábamos esas declaraciones en el mes, aparecían de inmediato los insultos, las agresiones  y amenazas. En los medios digitales, tras la información aparecía una serie de troles con insultos en sus comentarios. Cuando se descubrió el troll center, me pareció que se redujeron los insultos por esa vía.

¿Cuándo será su último día de trabajo?

Legalmente mi último día será el 31 de diciembre, aunque los funcionarios de Gobierno salieron el 23 de diciembre, pero en el caso de Medicina Legal no se puede cerrar durante las vacaciones. De modo que el 31 de diciembre, yo le voy a entregar el cargo al subdirector, sino es que no se ha elegido. Desde ya he pedido en un memorándum que se cambien todas las cerraduras o chapa de la puerta de la dirección y que le cambien la clave de seguridad en la dirección, porque ni me llevo nada que no es mío, ni quiero que nadie piense mal de mí después.

¿Qué proyecciones tiene doctor, después, en enero? 

Valorar mi participación en algunos canales de televisión donde pueda emitir mis opiniones, involucrarme más en la academia porque me encanta la docencia, soy el jefe del departamento de Ciencias de la Conducta de la Universidad Matías Delgado y dedicarme más a mi clínica.