LA UNIÓN. La tala indiscriminada del mangle en los esteros de la bahía de La Unión y en las zonas costeras de los municipios de Intipucá y Conchagua, se ha constituido la principal preocupación y problema que señalan los pobladores y pescadores artesanales de las diferentes comunidades.
Los manglares son el hábitat para las larvas de todas las especies que ahí se reproducen.
El mangle es utilizado con fines comerciales para algunas panaderías, hacer techos de viviendas y para usos domésticos.
Lina Pohl, ministra del Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), dijo que quieren entrar en lleno en la protección del sistema de manglares, por lo que hace poco participaron en una reunión en Las Naciones Unidas exigiendo a los países desarrollados financiamiento para las naciones como El Salvador donde el cambio climático ha impactado y reducido la zona de los bosques.
“Nosotros debemos poner de nuestra parte en el sentido de poder restaurar esto, que para nosotros es esencial, e insisto que las mareas están viniendo con mayor altura y energía y los mangles son fundamentales para hacer barreras”, agregó la ministra.
En los últimos cincuenta años se ha perdido la mitad del bosque original del mangle en el país, por lo que “estamos finalizando el levantamiento topográfico de toda la superficie del país con tecnología láser y eso nos va a decir exactamente cómo hemos perdido esa zona y los mecanismos para protegerla” dijo.
Manuel Hernández, técnico de la ONG Fundación Salvadoreña para la Promoción Social y el Desarrollo Económico (Funsalprodese), indicó que han realizando estudios sobre el estado de los manglares en la bahía y las zonas más deforestadas son La Unión y San Alejo.
“La industria de las salineras ha ido ganándole terreno al manglar y el poco control que se tiene sobre la expansión de las salineras”, explicó Hernández, por lo que Funsalprodese ha realizado varias campañas de siembra de mangle.
Hernández detalló que hay un estudio realizado por diferentes organismos y han determinado que en la bahía de La Unión se ha perdido un 60% de los manglares.
Elba Martínez se dedica a la pesca artesanal, y dijo que es preocupante porque los bosques salados se están perdiendo y que los causantes son las misma población que se beneficia con la pesca. “Cuidemos los manglares porque de aquí comemos todos de las larvas que se producen”, dijo.
Adalberto Hernández, líder comunal del caserío El Sálamo del cantón Cercos de Piedras, de San Alejo, agregó que en toda la franja de la bahía de
La Unión se nota los tramos de mangle que son talados y que cada año va en aumento los daños.
Aseguró que a veces, los causantes de los graves daños son los mismo pescadores de las comunidades.