El ISSS le dio alta médica a paciente inconsciente

Señora falleció 54 días después de consultar en el hospital General tras desmayarse y golpearse la cabeza, esposo interpuso la denuncia ante la FGR, considera que en el Seguro la dejaron morir. 

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Julio Mármol, asegura que la muerte de su esposa se dió por negligencia médica, ya que fue ingresada en tres oportunidades a raíz de un golpe en la cabeza y nunca fue correctamente diagnosticada.

/ Foto Por elsalvadorcom

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2015-11-20 9:00:00

“En este caso espero justicia…”. Así concluye la hoja de papel que Julio Mármol Rodríguez escribió semanas después de recoger el cuerpo sin vida de su esposa, Úrsula García, en la morgue del Hospital General del Seguro Social.

La tarde del 10 de febrero de este año, Julio trasladó a su señora a la sala de emergencias del hospital; hacía menos de una hora que la señora se desmayó y se golpeó la cabeza, fuera de su casa. En el consultorio, Úrsula se quejaba de dolor de cabeza y mareos; poco después se desvaneció y ya no despertó.

“Fueron cincuenta y cuatro días que estuvo inconsciente hasta el día de su muerte, el 4 de abril, murió a las siete de la noche”, dice Julio visiblemente afectado. Todo ese tiempo para él fue de  agonía al ver a su esposa postrada en una cama sin poder hablar, abrir los ojos, moverse … y no ver mejora alguna como lo espero después que le dieron el alta médica en dos ocasiones.

Julio interpuso una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR) el 2 de mayo de este año para que investigue el caso de su esposa, pues para él, “se la dejaron morir” en el Seguro Social. Al momento, la Fiscalía ha secuestrado o retenido el expediente médico del hospital y está en proceso de obtener el de la Unidad Médica de Santa Tecla.

Esta es la historia que Julio relata y que inició la tarde del 10 de febrero: Ese día, después de tomarle la presión arterial a Úrsula y hacerle una radiografía, los médicos le identificaron un coágulo en el cerebro; al menos eso fue lo que  le dijeron a Julio, y que para eso no había medicina ni cirugía.

Úrsula se quedó en observación. El siguiente día, a la hora de la visita, Julio la encontró aún con sus ojos y boca cerrados, inconsciente, pero lo que más le sorprendió fue que aún en ese estado, la enfermera le dijera que la señora tenía el alta, que iba llamar una ambulancia para que se la llevara a la casa. Y así fue.

Ante la impotencia de ver a su esposa, compañera de toda la vida, el día siguiente,  Julio solicitó  una ambulancia de la Cruz Roja para trasladarla a la Unidad Médica de Santa Tecla; de ahí la refirieron nuevamente al hospital General.

Úrsula quedó ingresada en la cama 29 del séptimo nivel. Nuevos estudios de cerebro revelaron que el coágulo continuaba igual, no había crecido ni disminuido. Los días pasaban y la señora no presentaba mejoras. El 6 de marzo, nuevamente le dieron el alta, en las mismas condiciones.

Por diez días, Julio  la tuvo en la casa y contrató a una persona para que   laatendiera, le diera los cuidados que requería como cambiarla, asearla, alimentarla.  “Fueron días en los que no progresaba, peor y peor estaba; regresé a la unidad de Santa Tecla, me la volvieron a evaluar y me la mandaron referida otra vez al hospital”, relató el señor.

En la emergencia del Hospital General nuevamente la evaluaron y la ingresaron en la cama 30 del séptimo nivel, pero su condición de salud había empeorado. “Su señora tiene la sangre agria, ya no sirve, estamos poniéndole antibióticos para ver si podemos recuperarla, la presión arterial la tenía elevada”, fue lo que escuchó de la doctora que la vio, dijo Julio.

“Su señora Úrsula García ha muerto…”

Llegó lo que más temía: la noche del 4 de abril, del hospital del Seguro Social  le llamaron por teléfono para informarle que Úrsula, su compañera de vida, su amiga, su confidente, había fallecido y que fuera a retirar su cuerpo. “Me llamaron de recepción del hospital General para decirme: su señora Úrsula García Velásquez ha muerto, puede venir a retirarla”, recordó don Julio.

“El diagnóstico que dan es que murió por neumonía severa, pero no fue así, a ella la mató la sangre que tuvo tantos días en el cerebro”, expresó indignado  y aún sin poderse reponerse de la pérdida.

Por ello fue que decidió poner la denuncia ante la Fiscalía. Él insiste que a Úrsula la dejaron morir en el hospital porque no le trataron la hemorragia.

“Desde el día que yo la llevé inconsciente, en ese momento tuvieron que verle el cuadro clínico, si padecía de algo, de la sangre, tórax, pulmones u otra enfermedad que implicara no poderla operar, pero a mí me dijeron que solo era un coágulo pequeño que no necesitaba operación, que así no más iba a desaparecer”, relata el señor.

Un médico que revisó parte del historial de Úrsula considera que la paciente sufrió un infarto cerebrovascular hemorrágico. Por eso se desmayó y se golpeo.  Lo que debieron haber hecho era tomarle exámenes para determinar qué lo produjo, posiblemente un aneurisma, una malformación o simplemente hipertensión, pero lo manejaron solo como un golpe en la cabeza. “Lo más probable es que tuvo un accidente cerebrovascular y lo que sangró una vez, volvió a sangrar …”, opinó el especialista.

El 9 de noviembre se solicitó una entrevista al Seguro Social para conocer la versión del caso, a través de la Unidad de Comunicaciones, pero hasta la fecha no se ha tenido respuesta.

Mientras tanto, Julio sigue esperando respuestas que no recibe y, más que respuestas, como él escribió, justicia.