Violencia ha dejado 179 huérfanos de agentes asesinados

El dato corresponde a los últimos cinco años, los cuales han sido los peores años que la corporación policial ha vivido desde que se fundó en 1993. Gobierno anunció recientemente la creación de un fideicomiso

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Por David Marroquín

2015-11-22 7:39:00

La violencia criminal, que en su mayoría es generada por las pandillas terroristas, ha causado 95 policías asesinados o muertos en enfrentamientos con esos grupos, en los últimos dos años.

Como consecuencia de esos ataques y de otros atentados por parte de las pandillas a personal policial han quedado 179 niños huérfanos de agentes muertos en el cumplimiento de su deber en los últimos cinco años.

De la totalidad de los menores que han quedado en la orfandad, 106 son niños y 73 niñas, según un informe de la Oficina de Acceso a la Información de la Policía Nacional Civil (PNC).

Policías muertos

Al desglosar la información por edades se tiene que la mayor parte de los menores afectados (86) andan entre las edades de los siete a los 15 años; otros 66 niños se encuentran en el rango de menos de un año y seis años.

Hay otros 27 menores huérfanos que cuentan con edades entre los 16 y menos de 18 años.

De los 86 niños que se encuentran en el rango de 7 a 15 años, 40 son niñas y 46 son niños. También en la muestra de edades entre menos de un año y seis años se tiene que 24 son hembras y 42 varones.

Así también, nueve niñas y 18 jóvenes andan en edades que oscilan entre 16 y menos de 18 años.

La mayoría de éstos niños perdieron a sus padres policías en los últimos dos años, 2014 y 2015, los peores años que ha vivido la Policía  desde que se creó  en 1993 como parte de los Acuerdos de Paz que terminaron con 12 años de conflicto armado.

En éstos dos últimos años, la violencia ha acabado con las vidas de 95 policías, ya sea porque murieron en el cumplimiento del deber al enfrentarse a balazos con delincuentes o porque fueron asesinados por las pandillas terroristas cuando se encontraban gozando de sus días libres, así como cuando se dirigían a sus trabajos o regresaban de los mismos.

A la pérdida de su padre o madre policía, también se le suma el trauma psicológico y las necesidades económicas que tienen que atravesar para poder salir adelante como familia, señalan oficiales de la Policía.

Agregaron que en algunos casos, éstos niños, sobre todo los que se encuentran en edad de la adolescencia, viven resignados al saber que sus padres murieron brindando seguridad a los salvadoreños y por eso los consideran como sus héroes.

Atención médica para niños  huérfanos 
Para atender las necesidades médicas de los hijos de policías asesinados y sus familias, las autoridades policiales aseguran que ellos reciben atención médica en el Centro Médico Policial y también se les gestiona el pago del seguro de vida y una pensión de sobrevivencia.

El informe de la oficina de Acceso a la Información de la Policía no detalla si los menores huérfanos reciben algún tipo de tratamiento psicológico para poder superar el trauma causado por la pérdida de sus padres.

Sin embargo, hace alusión a un patronato de amigos solidarios de la Policía Nacional Civil (PNC) que se supone se encargará de suministrar distintas asistencias a los menores huérfanos y a las familias de policías muertos en el cumplimiento del deber o por su condición de agente.

Aunado a lo anterior, el Gobierno acaba de aprobar un fideicomiso para las familias de los policías muertos en el cumplimiento del deber entre los años 2014 y 2015, sin detallar los beneficios que recibirían los 179 hijos huérfanos.

El 18 de agosto, el presidente Salvador Sánchez Cerén aprovechó un evento de entrega de medallas a los policías destacados para anunciar la creación de un fideicomiso que se impulsará a través del Patronato de Amigos Solidarios de la PNC, pero no especificó de dónde saldrán los fondos para la ayuda a los huérfanos y familias de policías asesinados.
“Es de justicia reconocer el mérito de aquellas mujeres y hombres que han ofrendado su vida o que la han arriesgado en el cumplimiento de su deber”, dijo Sánchez Cerén en esa oportunidad.

 Agregó que “indigna que en lo que va del año, en la familia de la Policía, 25 niñas y niños menores de cinco años han quedado huérfanos por ataques criminales”.

Sánchez Cerén dijo que “el Gobierno jamás dejará en el olvido a las familias de los héroes de la Policía”.

El director de la Policía Mauricio Ramírez Landaverde sostuvo que con el primer desembolso del fideicomiso anunciado por Sánchez Cerén que corresponde a 787,000 dólares, ya se comenzó a ayudarles a las familias de policías asesinados.

 “De hecho, ya hay un grupo de familias de víctimas, compañeros muertos entre 2014 y 2015, que ya se están atendiendo. Y poco a poco  conforme se vaya contando más recursos, estos van ir dirigidos también al resto de víctimas, puesto que tenemos familias de policías que murieron desde los inicios de la institución”, dijo.

Explicó que también se ha impulsado un programa de becas para los hijos de los agentes muertos en el cumplimiento de su deber y hay otro programa destinado a la formación técnica de las viudas de los policías asesinados que es impulsado con Insaforp y Ciudad Mujer.

Ramírez Landaverde sostuvo que a la ayuda gubernamental se han unido  empresas y personas altruistas para contribuir a paliar las necesidades de las familias de los agentes muertos.

Dijo que los recursos que se vayan obteniendo de esas empresas y personas  será destinado a financiar los programas y  planes de ayuda a las familias afectadas con las muertes de los policías.

A principios de la década de los años 2000, las autoridades de la Policía de turno crearon la Fundación de Bienestar Policial que tenía como principal objetivo atender y satisfacer las necesidades económicas, educativas y psicológicas de los hijos huérfanos de  policías muertos en el cumplimiento de su deber.

Esta Fundación se encargaba de buscar que cada niño, tuvieran un padrino que asumiera los gastos de sus estudios y otras necesidades.

Además, como la mayoría de los hijos y familiares de los policías muertos residía en el área rural o era de pocos recursos económicos, la Fundación les entregaba vales para alimentos. También, la Fundación había creado un programa de becas de estudios para los distintos niveles educativos hasta universitarios.

Sin embargo, el referido patronato fue separado de la corporación policial en 2009 con la llegada de las nuevas autoridades de la Policía afines al FMLN.