La Unidad Anticrimen de la Fiscalía acusará a Roberto Antonio Herrera Hernández, apodado “el Burro” de otros ocho robos de vehículos y del homicidio de un agente supernumerario de la Policía.
Junto a Herrera serán procesadas otras 13 personas que presuntamente integran la organización criminal que supuestamente dirige Herrera.
Cuatro de los imputados fueron capturados la madrugada del jueves, mientras que al resto les notificaron, entre ellos Herrera, de los nuevos cargos, en los penales donde se encuentran recluidos.
Las investigaciones que llevaron hasta la organización de robacarros que se presume dirigía Herrera, comenzaron con el asesinato del agente supernumerario de la Policía Juan Arturo Cantarero Rojas, en un intento de robo del pick up que manejaba. El crimen se produjo el 15 de agosto de 2012 en Santa Ana.
No menos de dos individuos con pistolas, se le acercaron al agente que estaba dentro del pick up, propiedad de la Policía, para tratar de robárselo, por lo que Cantarero Rojas se enfrentó a balazos con los delincuentes e impidió el robo. Sin embargo, el agente murió en el tiroteo.
Los fiscales del caso aseguraron que Herrera habría ordenado el robo de ese vehículo, y además les habría dicho a los individuos que llevaran secuestrado al agente policial.
Explicaron que tienen documentados los robos de ocho pick ups, los que se registraron entre septiembre de 2010 y julio 2012, en su mayoría en el Occidente y Oriente del país.
Uno de los hechos se produjo el 18 de junio de 2012 en la ciudad de San Miguel, cuando varios hombres armados llegaron a un autolote y se robaron cuatro picks ups modelos recientes.
“A solicitud de este sujeto, burro Herrera, según menciona el testigo, en su mayoría solicitaba pick ups doble cabina”, dijo uno de los fiscales, quien agregó que Herrera era “el comprador de esos vehículos y se encargaba de movilizarlos a Guatemala”.
Herrera pagaba 1,000 dólares como mínimo por cada uno de los pick ups robados, según la Fiscalía.
Los vehículos robados eran sacados por puntos ciegos fronterizos en la zona de Metapán, Santa Ana, hacia Guatemala, donde cuenta con la complicidad de delincuentes guatemaltecos que le ayudaban a esconder los vehículos y luego poderlos vender con documentación falsa en Guatemala.
Herrera cumple una condena de 43 años de prisión por el robo de cuatro automóviles y agrupaciones ilícitas, según fuentes fiscales.
Además en octubre pasado, se le encontró culpable de tráfico de drogas, pero le impusieron una pírrica pena de tres años de cárcel. Se le atribuye ser uno de los cabecillas de una organización criminal que operaba en la zona occidental del país.
En los próximos días serán enviados a los tribunales de justicia bajo cargos de robo de autos.