393 pandilleros lograron infiltrar la Fuerza Armada

Cifra corresponde al período del 2010 hasta septiembre de este año, según Unidad de Acceso a la Información de FF.AA.

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El principal objetivo de las pandillas al infiltrar a la Fuerza Armada es obtener adiestramiento militar, uniformes y armas.

/ Foto Por Archivo

Por David Marroquín

2015-11-29 9:02:00

Las autoridades militares expulsaron en los últimos seis años a 393 efectivos de la Fuerza Armada de El Salvador (FAES), luego de detectar que tenían vínculos con las pandillas y se habían infiltrado, de acuerdo con un informe de la Unidad de Acceso a la Información Pública del Ministerio de Defensa.

La mayor cantidad de los separados de la institución castrense se registró entre enero y septiembre de este año, período en el cual expulsaron a 223 supuestos integrantes de las pandillas, detalla el informe.

Esa cifra superó al número de militares separados de la institución entre los años 2010 y 2014, en el que hubo 170 pandilleros expulsados de la Fuerza Armada.

Al desglosar la información brindada por la Unidad de Acceso a la Información Pública se tiene que en el 2010 hubo 13 expulsiones; al año siguiente se contabilizaron 41 soldados separados; en el 2012 el número disminuyó a 10 y en el año 2013 se registraron 15 expulsiones.

El año pasado se volvieron a incrementar las expulsiones con 91 en total. De los 393 expulsados, dos eran subsargentos, otros dos cabos, mientras que el resto eran soldados.

Las edades de los expulsados oscilan entre los 17 y 35 años, pero la mayoría de los que fueron separados por sus supuestos vínculos con las pandillas rondaban entre los 21 y 30 años de edad, según el informe oficial.

De acuerdo al documento, la infiltración pandilleril se ha producido en la mayor parte de las guarniciones militares, ya sean estas brigadas, destacamentos, unidades logísticas, de Sanidad Militar, comando de Fuerzas Especiales, y los estados mayores de la Presidencia, de la Fuerza Armada y de la Fuerza Naval.

En cinco de las seis brigadas de Infantería se habían enquistado 137 supuestos pandilleros, mientras que otros 158 habían penetrado ocho destacamentos militares.

La Primera Brigada de Infantería, conocida como Cuartel San Carlos en San Salvador, es la única unidad militar que no reporta pandilleros expulsados.

Contrario a lo anterior, la Tercera Brigada de Infantería en San Miguel ha sido la unidad militar más infiltrada por pandillas.

El informe detalla que entre el 2010 y septiembre de este año, se expulsaron de esa brigada a 47 vinculados a las pandillas, mientras que 36 del Destacamento Militar número 3 en La Unión y otros 33 que fueron detectados en el Destacamento Uno de Chalatenango.

En la Cuarta y en la Segunda Brigada de Infantería, de El Paraíso, Chalatenango, y Santa Ana, respectivamente; descubrieron 54 infiltrados, de los cuales 30 estaban en la primera guarnición y 24 en la segunda.

Así también en el noveno destacamento de Zacatecoluca, La Paz, se expulsaron a 24 soldados, a quienes les detectaron algún vínculo con pandillas.

Defensa lo había dicho

En octubre pasado, el ministro de la Defensa, general David Munguía Payés, reveló en una entrevista televisiva que no menos de 250 soldados habían sido separados de las filas castrenses por sospechas de que tuvieran vínculos con las pandillas.

Sin embargo, no se informó si estos militares expulsados han sido arrestados o fueron remitidos a la Fiscalía General para que iniciara investigaciones sobre su pertenencia a las maras.

Lo que preocupa a las autoridades militares es que la infiltración de esos grupos ha llegado hasta unidades especializadas como el Comando de Fuerzas Especiales (CFE), en el que descubrieron a 16 integrantes de estos grupos, mientras que en las Brigadas de Artillería y Caballería encontraron a 25.

La infiltración de las pandillas alcanzó a los estados mayores de la Fuerza Naval y de la Fuerza Aérea.

En esas dos unidades de mando se detectaron a 12 supuestos pandilleros, mientras que otro sospechoso de integrar esos grupos, estaba destacado en el Estado Mayor Presidencial (EMP).

Las autoridades de Seguridad Pública han reiterado que uno de los propósitos de las pandillas es la penetración institucional en la Policía, la Fuerza Armada y la Academia de Policía.

Fuentes policiales consultadas explicaron que la intención de los pandilleros al infiltrarse es obtener información que les pueda servir para incrementar su accionar delincuencial.

Además de recibir adiestramiento militar y policial; obtener recursos como uniformes militares y policiales y armas de fuego.

En junio pasado, el ministro Munguía Payés dijo que otro de los propósitos de los pandilleros al enrolarse en la Fuerza Armada, es buscar protección para su salida de la pandilla.

“Hay gente que se quiere salir de la pandilla y sabe que entrando al Ejército pudiera tener una protección indirecta, que la pandilla no lo va a tocar allí”, explicó el jefe castrense.

Los vínculos que tienen algunos militares con las pandillas van más allá de la obtención de información confidencial, de dotarlos de uniformes militares y de armas de fuego.

También, militares se han prestado a colaborar con las pandillas para introducir celulares, cargadores, chips, droga y armas a los penales.

En junio pasado, cinco soldados fueron capturados cuando trataban de meter varios celulares al penal de Ciudad Barrios, San Miguel.

Las investigaciones apuntan que los pandilleros les pagaban hasta 400 dólares por ingresar los objetos a la cárcel.

El 19 de noviembre pasado, otros cuatro militares del sexto destacamento fueron arrestados, supuestamente por colaborar con mareros para ingresar ilícitos al penal de Izalco, Sonsonate.

Los militares habrían sido reclutados por cabecillas de pandillas.