El ministro de Justicia y Seguridad Pública, Benito Lara, confirmó ayer que algunas de las víctimas del cuádruple homicidio registrado en el cantón Primavera de Santa Ana, tenían vinculación con pandillas, aunque no reveló detalles sobre el hecho.
“También hay que decir que ellos estaban involucrados (en pandillas)”, dijo Lara, en alusión a las cuatro víctimas asesinadas en Santa Ana.
Lara confirmó que dos de los asesinados eran hijos de una cabo y un cabo de la Policía, y que la joven asesinada era hija de un juez del occidente del país.
“Esto refleja la magnitud del problema social que tenemos, por eso es que nosotros hemos insistido de que es un problema altamente complejo, estamos hablando de la procedencia de capas medias, lo que requiere que nosotros profundicemos en los programas de orden social. Por supuesto que hay que mantener el control y represión del delito”, dijo Lara.
Las víctimas fueron identificadas por la Fiscalía como Raquel Adriana, Emerson Darío Dévora Estrada, Enrique Alexander Chávez Alvarado, y Julio Enrique Aguilar Pimentel.
Las autoridades forenses explicaron que las víctimas tenían signos de haber sido estrangulados.
Las investigaciones policiales apuntan a que los cuatro jóvenes alquilaban una casa en la urbanización El Trébol de Santa Ana, y se supone que ellos fueron sacados a la fuerza de la misma por un grupo de pandilleros.
Además se presume que las víctimas fueron asesinadas en el mismo sitio donde fueron encontrados sus cadáveres.
Fuentes de la Policía aseguraron que uno de los hijos de los policías tenía vinculación con una pandilla y que había sido procesado por el homicidio de un pandillero rival.
Agregaron que el padre de la joven había tenido problemas con un cabecilla de pandilla que opera en el municipio de Izalco, Sonsonate; y eso podría ser uno de los móviles, así como venganza de pandillas.