Los desaciertos en el programa de alimento

Entre los aspectos que se cuestionan es que no se revisan resultados y se utiliza para efectos de propaganda de los logros de los gobiernos

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Docentes consideran que es necesario que el Mined tome en cuenta las dificultades que enfrentan los centros escolares para brindar el refrigerio y que realmente se evalúe el programa. 

/ Foto Por Lissette Monterrosa

Por Susana Joma

2015-10-12 7:30:00

 Aunque al Programa de Alimentación y Salud Escolar se le reconoce como un esfuerzo beneficioso para los niños, sobre todo  del área rural, también tiene una serie de escollos que superar como señalan docentes , directores y dirigentes de la gremial Bases Magisteriales, Simeduco e incluso los docentes.

 Paz Zetino Gutiérrez, secretario general de Bases Magisteriales, sostiene que hasta el momento se desconoce cuáles han sido los índicadores que sirvieron de base para ponerlo en marcha el esfuerzo, que según afirma ha puesto en apuros a los centros porque no viene acompañado de fondos para el pago de cocineras, compra de aderezos y el gas o leña.

 A criterio de Zetino Gutiérrez considerando la inversión millonaria que hace el gobierno en este programa y en el de paquete escolar debería evaluarlos y focalizarlos.

La inversión es demasiado grande. ¿Qué debe hacerse? Ellos deben evaluar no sólo el programa de alimentación y salud, es todo, el paquete escolar… Debe ser focalizado tanto en la zona urbana como en la zona rural”, dice el sindicalista.

Para Francisco Zelada, secretario general de Simeduco, en estos momentos el que los estudiantes permanezcan en las aulas no depende del alimento escolar porque hay otros factores que considerar como la desintegración familiar y la violencia. Zelada incluso asegura que “el programa de Alimentación Escolar es una pequeña gota de agua en ese inmenso desierto de problemáticas que tiene el sistema público”.

Al igual que Zetino Gutiérrez, el dirigente del Simeduco sostiene que se debe evaluar el programa en base a resultados porque no se puede seguir invirtiendo a ciegas, algo que asegura sigue ocurriendo porque lastimosamente el programa sirve como banderita de propaganda para los gobiernos.

Rodolfo Ayala, subdirector del Complejo Educativo de Intipucá, sostiene que el programa hasta donde está funciona, “me parece que la parte que no es funcional es el hecho de que son arroz, frijoles y nutricionalmente hablando, y por supuesto que lo saben los señores del gobierno, estamos mal alimentando a nuestros niños”.

Ada Vilma García Sandoval, directora de la Escuela Parvularia San Bartolomé Perulapán, Cuscatlán, sostiene que el programa para la comunidad ha sido de gran beneficio, pero señala que uno de los problemas que más enfrentan los centros es que el padre de familia no está en plena consciencia de llegar a preparar los alimentos.

“Como centro educativo sacamos un compromiso a fin de año y a inicio de año de si ellos están dispuestos a colaborar para tener a una sola persona, primero por la higiene de la preparación… y la mayoría aunque sea con dificultad da un aporte para el pago de cocinera”, expuso no sin antes lamentar que no cuentan con una bodega formal y tienen que guardar los alimentos en la misma dirección de la institución.

 María de los Ángeles Pineda, profesora del segundo y cuarto grado, del Centro Escolar de Cinquera, en Cabañas, hace la observación de  que   los centros no reciben a tiempo los alimentos y en ese periodo los alumnos están sin el refrigerio. Mientras María Teresa Reyes de Nájera, del Centro Escolar Profesor Alberto Varela, en San Juan Nonualco, dijo que hay centros  que carecen de espacio para cocinar.