Una cocina entre láminas pero con el menú más variado

Las vivencias de cuatro centros escolares de La Libertad, Santiago de la Frontera, de Santa Ana, Guaymango y Jujutla, de Ahuachapán, para llevar a cabo el refrigerio escolar.

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Láminas y la pared del último salón de clases cubren la cocina de leña de este centro escolar de Jujutla. 

/ Foto Por Mauricio Cáceres

Por Xenia González Oliva

2015-10-12 7:30:00

La cocina del Centro Escolar Dr. Sixto Alberto Padilla, de Jujutla, Ahuachapán, fue demolida años atrás para dar espacio a más salones.

Pero la necesidad de proveer de un refrigerio a los niños llevó a que ocuparan el único lugar que quedaba al final de la escuela. La cocina de leña está colocada sobre ladrillos y una mesa de cemento que se había hecho para los estudiantes. 

Cuando hace viento les cuesta que encienda el fuego y cuando llueve muy fuerte les azota el agua, pero nada detiene a las madres que llegan a preparar los alimentos.

Pese a los pocos recursos, entre ellas ponen otros ingredientes o Dagoberto Chacón, encargado del programa de alimentos, lleva de su casa para que el menú no se limite a frijoles y arroz. Han llegado hasta servir arroz con pollo.

El centro ya tiene un nuevo edificio con cocina, aunque aun no pueden trasladarse, les preocupa que es de gas y no tienen

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