Ejecutan a cuatro hombres en Cojutepeque

 Los cadáveres fueron hallados atados y con lesiones de bala en la cabeza en finca de Cojutepeque, Cuscatlán

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Los cadáveres fueron encontrados, el miércoles, en una calle que conduce a una finca de Cojutepeque.

/ Foto Por Douglas Urquilla

Por Diana Escalante David Marroquín

2015-10-21 7:21:00

Los cadáveres de cuatro hombres que supuestamente tenían vínculos con una pandilla fueron encontrados cerca de una finca privada, en el kilómetro 32 de la carretera Panamericana, en Cojutepeque, Cuscatlán.

Tres de ellos eran jóvenes y el otro un señor. Dos estaban atados de manos y todos tenían heridas de bala en la cabeza, según un jefe policial.

La Fiscalía los identificó como Precedes Hernández Domínguez y su hijo Douglas Alexis Hernández Navas. Junto a ellos fueron ultimados Carlos Eliázar Chávez Montoya y Alejandro de Jesús Flores Tejada.

La escena del múltiple homicidio fue descubierta por lugareños, pasadas las seis de la mañana. Sin embargo, algunos parientes de los hombres los reportaron como desaparecidos la noche del martes.

Allegados a la investigación sostuvieron que presuntamente dos de los muertos estaban vinculados al asesinato del policía Santos Fernando Montoya Montoya, de 37 años.

El agente, quien trabajó en la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO), fue ultimado por pandilleros el 29 de septiembre pasado, en el cantón Soledad, de San Rafael Cedros, Cuscatlán. 

La víctima -quien tenía 14 años de servicio- estaba en su día libre y al momento del ataque manejaba un camión cargado con dulce de panela.

Muertos eran sobrino de policía e hijo de concejal 
Las autoridades manejaron el caso con hermetismo, pero varios policías y personas que llegaron a la escena del múltiple homicidio manifestaron que Carlos Eliázar  presuntamente era sobrino del agente Montoya. 

Mientras que Alejandro de Jesús era hijo de un concejal de la alcaldía de El Rosario, en Cuscatlán.

El funcionario negó que su hijo fuera pandillero y aseguró que hacía tres días le había contado que estaba amenazado de muerte. 
El señor no reveló quiénes ni por qué le querían quitar la vida a su familiar.

“Si me matan será por gusto, porque yo no le debo nada a nadie”, es lo que Flores le dijo a su padre, quien le respondió que no tomara a broma la intimidación y hasta ofreció sacarlo del país.

El hombre, según dijo, era agricultor y, desde hace dos meses, residía en el cantón Soledad, de San Rafael Cedros.  

El concejal relató que a las 9:00 de la noche del martes, tres delincuentes vestidos de negro llegaron a la casa de Flores simulando un operativo policial,  y se luego se lo llevaron en un vehículo particular sin dar explicaciones. 

Antes de marcharse, uno de los hombres le dijo a la esposa de Flores que llegara el miércoles a buscarlo a la delegación de Cuscatlán.

Matan a tres en Usulután
La noche del martes, fueron ultimados a balazos cinco supuestos pandilleros en Usulután y Sonsonate.

Tres de ellos fueron lesionados de muerte en el cantón La Puerta, de Nueva Granada, Usulután. 

Las autoridades identificaron a dos de ellos como Oswaldo Araujo Martínez, de 29 años, y Francisco Antonio C. P., de 14. El otro no portaba documentos.

Los tres habrían sido privados de libertad en una cancha de Nueva Guadalupe, San Miguel, y luego llevados a la escena donde fueron atacados.

Simultáneamente, la Fiscalía reportó los homicidios de Juan Carlos Pérez Hernández y Luis Antonio Pérez Aguilar. El hecho fue registrado en el cantón Lechera, de Nahuizalco, Sonsonate.

Los registros de la Policía detallan que, hasta septiembre pasado, unas 250 personas han muerto o han resultado heridas en no menos de 30 masacres (más de tres víctimas) cometidas la mayoría de veces por pandillas.

El número de víctimas promedio en 17 de las masacres registradas,  es  entre cuatro y siete.

Una de las mayores matanzas fue el 30 de marzo,  en el estacionamiento de furgones situado en la carretera Quezaltepeque-San Juan Opico.

Un  grupo de hombres armados con fusiles acribillaron a a nueve personas que estaban en el lugar. Las investigaciones de las autoridades arrojan  que se trató de un ajuste  de cuentas por narcotráfico. 

Hasta la fecha el caso no ha sido resuelto y no se han hecho capturas.

Otras dos masacres fueron  cometidas  el 10 de mayo  en Usulután. Ese día, 10 personas fueron acribilladas a balazos por su supuesta vinculación con las pandillas. 

Siete de las víctimas fueron atacadas en Jucuarán y las otras tres en Jiquilisco. Ninguno de los dos hechos tampoco está resuelto
Asimismo, hay hechos violentos en los que han muerto más de cuatro pandilleros al enfrentarse a policías y soldados, pero que según la Policía  no se pueden considerar masacres.