Ultiman a estudiante a tres días de terminar sus exámenes finales

Autoridades no precisaron cuál pudo ser el posible móvil del asesinato. La familia niega que una posible vinculación a la pandilla sea la causa. El 2015 cerrará con más asesinatos de alumnos en los últimos años

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Familiares de un estudiante asesinado en San Pedro Perulapán.

/ Foto Por elsalv

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2015-10-23 8:11:00

Un estudiante de quinto grado fue asesinado a primeras horas del viernes, en el cantón La Esperanza, en San Pedro Perulapán, Cuscatlán, en momentos que recién iniciaba sus labores agrícolas en la zona.

René Fabricio, de 16 años, fue ultimado pocos minutos antes de las 6:00 de la mañana.

Por  las mañanas, el adolescente ayudaba en su casa en las tareas  agrícolas y por la tarde iba a estudiar al centro escolar del cantón La Esperanza, afirmó su progenitora.

“Él era mi niño, quien me ayudaba. Ahora ¿quién me va ayudar?”, se preguntó.

Además de cuidar el ganado, René Fabricio, trabaja en la siembra de maíz (milpa), aseveró su madre, quien dijo que desde pequeños le ha tocado solo a ella criar a sus cinco hijos. 

El hecho que acabó con su último hijo, ocurrió en una cancha de fútbol cuando recién había sacado a pastear unos “chivitos” o crías de vacas, a pocos metros de la casa de su hermana.

“Yo no lo mandé,  él se venía con los chivitos  a pastearlos. Yo le dije no salgas, aquí hay zacate para darles de comer, mejor no vayas”, relató la madre.

Una pariente del joven dijo haber escuchado, al menos, una docena de disparos, lo que despertó preocupación en ella, pues  sabía que su

René Fabricio acostumbraba todas las mañanas  salir con el ganado.
Angustiada por la ráfaga llamó al celular del joven, pero no contestó.

Insistió y le volvió a llamar, pero en esta ocasión, un sujeto que no era el joven contestó el celular, momento en que se escucharon otros disparos y algunos gritos.

Poco después se dio un silencio en la zona y salieron a ver, encontrándose con el asesinato.

Negó que el muchacho haya pertenecido a pandillas y que esa fuera el móvil de su asesinato. Sin embargo, un oficial de la Policía afirmó que el muchacho, si bien no estaba directamente vinculado a la pandilla, al parecer tenía alguna relación con la estructura delincuencial que opera en cantón La Esperanza.

Familiares relataron que el lunes terminaría los últimos exámenes finales después de una semana de pruebas y vendría la clausura del presente año escolar.

Este es el primer caso que enluta a ese grupo familiar, pues nunca habían tenido que pasar esta dura experiencia, afirmaron.

La gran alegría de René Fabricio era que ganaría su grado escolar y pasaría al 6° el próximo año.

“Todos mis hijos se han criado bajo mi cuidado, siempre les inculqué que hay que trabajar y no andar de haraganes”, reiteró la madre.

Agregó en ningún momento supo que René haya tenido problemas con personas o que haya sido amenazado de muerte y que ahora explicara la causa de su muerte.

Sobre este crimen, la Policía de San Pedro Perulapán y Cuscatlán no quisieron dar mayores detalles sobre el posible móvil, o quiénes habrían sido los que cometieron este delito.

Sin embargo, no descartan que las pandillas estén implicadas en este hecho.

La violencia contra estudiantes se ha recrudecido este año, siendo San Pedro Perulapán, una de las zonas con varios casos.

Datos del Sindicato de la Educación Rural, Urbano – Marginal de El Salvador (Simeduco) indican que  hasta el 2 de septiembre, se han registrado 46 homicidios de estudiantes de todos los niveles y asesinatos de 12 maestros.

La gremial  recientemente dio a conocer los resultados de una investigación que el Ministerio de Educación (MINED) en la que se establecía que en el 46 por ciento de las escuelas hay problemas con las pandillas.

Esta situación preocupa al magisterio nacional, porque las escuelas han dejado de ser lugares seguros y de cultivar el futuro de los nuevos ciudadanos, para convertirse en zonas de alto riesgo.

La violencia estudiantil dejó de percibirse como simples peleas callejeras en San Salvador para sumar asesinatos. Desde hace años, las pandillas se infiltraron en los centros educativos públicos e incrementaron los homicidios en alumnos, aseguran las maestros.

Representantes de la gremiales han dicho que la mayoría de los maestros han sido asesinados tras considerarlos “colaboradores” de la Policía en contra de los grupos de pandillas.

También los maestros han sido ultimados porque no han podido satisfacer las demandas de dinero “renta” o extorsión de estos grupos en las zonas donde imparten clases.