Nueva Concepción está de luto por asesinato de maestra

Víctima tenía más de 10 años de formar a estudiantes. Impartía clases en dos escuelas. Ataque fue el martes. Se sospecha que lo cometió una pandilla por vínculo con policías

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Lilian Morales, de 49 años, vivía en el cantón Laguna Seca, de Nueva Concepción, Chalatenango. Por mucho tiempo trabajó en la escuela de la zona.

/ Foto Por Diana escalante

Por Diana Escalante

2015-09-03 7:55:00

“Pueden asesinar el cuerpo, pero no matar el alma”, así es como el sacerdote de la iglesia del cantón Laguna Seca, en Nueva Concepción, Chalatenango, intentaba consolar ayer a los allegados de la profesora Lilian Morales.

La docente, de 49 años, fue ultimada a balazos, la noche del martes, cuando regresaba de trabajar en compañía de uno de sus dos hijos universitarios. 

El ataque contra Morales  fue cometido en una zona desolada, situada a unos tres kilómetros de su vivienda.

Según la Policía, pasadas las 7:00 de la noche, varios hombres estaban ocultos entre matorrales y cuando vieron acercarse el vehículo de la víctima, le salieron al paso y le dispararon de frente. La lesionaron en el rostro.

Morales murió de inmediato, mientras que su pariente resultó ileso y presuntamente fue privado de libertad por los atacantes.

Desde ese momento no se supo nada del joven, hasta que la mañana siguiente llegó por su cuenta a la casa. 

Según varios habitantes de la zona, el hijo de la víctima llegó al cantón con la ropa sucia y con algunos rasguños. 

Algunos familiares de Morales confirmaron que el estudiante estuvo desaparecido desde que su madre fue ultimada pero, horas después, llegó “bien” al hogar.

Las fuentes sostuvieron  que por estar preparando el velorio de la víctima, no habían tenido tiempo para hablar con el sobreviviente para conocer detalles del hecho.

Ayer, antes del mediodía, las calles del cantón lucían desiertas. Muchos lugareños que estaban reunidos en la casa donde fue velada la profesora estaban conmocionados.

Ellos no concebían que la mujer que durante más de una década formó a varias generaciones de estudiantes estuviera muerta.

En  la escuela del cantón, decenas de niños se apresuraban a hacer la limpieza para luego caminar varias cuadras para ir a despedirse de Morales, a quien años atrás tuvieron como profesora.

José Herrera, el director de la institución, explicó que la mujer dejó de laborar ahí hace unos cuatro años, porque le salió una plaza en la escuela del cantón El Zapote y en el kínder de Nueva Concepción.

Delincuentes creían que era informante de PNC
La familia de la maestra aseguró desconocer por qué la asesinaron con tanta saña.

Sin embargo, varios lugareños secundados por algunos colegas de la víctima  no dudaron en decir que pandilleros la mataron por creer que era informante de la Policía.

“Era muy llevadera, le hablaba a todo mundo, hasta a los policías y por eso (los delincuentes) creían que ella les pasaba información (a los agentes) sobre las cosas que pasan aquí”, expresó una allegada de la maestra.  

Fuentes policiales no descartaron que esa sea una hipótesis del hecho.

Residentes del cantón, muchos de ellos exalumnos de la víctima, salieron a las puertas de sus casas a ver pasar la caravana fúnebre.

Algunos recordaron con tristeza que Morales, cuando no había escuela en el cantón, impartía clases a los niños en su propia casa.

“Era una mujer emprendedora, en esta escuela se destacó porque puso en marcha varios proyectos educativos”, dijo una maestra de la escuela del cantón Laguna Seca.

A Morales la mataron tres días después de que unos pandilleros hicieran lo mismo  con Ramón Centeno, director de la escuela del cantón La Esperanza, en Jiquilisco, Usulután. En el año, el gremio ya suma 12 maestros asesinados.