Una nueva disputa se ha generado entre el director del hospital nacional Rosales, Mauricio Ventura y Alcides Gómez, jefe del Servicio de Cirugía Plástica y también secretario General del sindicato de médicos del establecimiento médico.
Ventura acusa al cirujano plástico de no ocupar $40 mil dólares asignados este año para las necesidades del servicio para luego reclama y denunciar carencias en el área.
“No se gastó el dinero y ya va a empezar a decir que le falta esto, le falta lo otro, ¿cómo puede uno ponerse de acuerdo con una persona así?; él se la pasa hablando que el director, que los ministros no saben nada, que son incapaces, malos gestores y él no puede ni gastarse $40 mil, que uno se los gasta en un ratito comprando necesidades para su servicio”, comentó Ventura.
Por su parte Gómez dice que esa acusación es una difamación del director y parte del acoso que ejerce contra los especialistas por el hecho de denunciar las deficiencias que existen en el hospital.
El cirujano plástico expresó que él envió una nota a las autoridades con los requerimientos de compra hecha a mano porque no tiene asignado ningún tipo de recursos administrativos y que el jefe de la División Médica le pidió que la entregara en 48 horas.
Copia de la solicitud que el cirujano Gómez envió a las autoridades, de acuerdo a lo expuesto por el director Ventura.
“Yo tengo una nota que le envié a él exigiéndole que nos compre el material porque son ellos los que tienen que ver eso, no tengo yo que andar de tras de eso. Eso le demuestra todavía la forma en que nos están acosando, porque es parte del acoso, yo le entregué y tengo la nota hecha a mano porque no tengo quien me pase una nota”, acotó Gómez.
El directo indicó que el primer año, de su gestión, al servicio le asignaron $150 mil y no los gastó, desde entonces comenzaron a reducirle el presupuesto porque Gómez solo dice que quiere material, pero no hace el proceso de solicitud de compras.
Agregó que el 24 de septiembre de 2015, la Jefe de la Unidad de Adquisiciones y Contrataciones Institucional (UACI) le mandó una nota en la que le informaban que no tenían ninguna gestión de compra de parte del Servicio de Cirugía Plástica.
Debido a ello, los fondos fueron reorientados al rubro de medicamento pues ahí donde tienen varias necesidades.
“Se pasó julio, se llegó agosto y si nosotros no nos gastamos el dinero, yo quedó como mal ejecutor, viene la jefa de la UFI me dice que ahí están los $40 mil que el doctor Alcides Gómez no utilizado, ¡qué hacemos con él?, bueno reorientémolos para otra cosa, se resignó a medicamentos porque sabe que siempre hay necesidades”, agregó Ventura.
Por su parte Gómez insiste que las necesidades se las pidieron con 48 horas de anticipación cuando debe hacerse con tiempo.
“Eso le da una idea de la incapacidad manifiesta de los señores, del acoso terrible al que nos está sometiendo, sobre todo queriendo subsanar su incapacidad, su ignorancia y sobre todo el odio que tiene contra nosotros”.
Gómez expresó que en su servicio no tiene ninguna máquina de escribir, ni computadora, una secretaria, ni papelería como en otros servicios de hospitalización para hacer las gestiones cómo ellos lo quieren.
Ventura dijo que una hoja escrita a mano no es una solicitud de compra, que hay un formato que deben cumplir los jefes y todo eso se les fue notificado.
El director declaró que si en este momento le hacen un requerimiento no podrán atenderlo porque los procesos de compra tardan tres meses y en la primera semana de diciembre es la última semana del año para recibir facturas de los proveedores.
Un pleito de años
Ventura y un grupo de médicos, entre ellos Gómez, mantienen una confrontación constante desde 2011.
Los especialistas han denunciado por años que Ventura es incapaz de administrar, que en su periodo los problemas en el hospital se agravaron, que es autoritario y mantiene un clima laboral hostil, por ello pidieron la destitución de las autoridades del Rosales, acusaciones que el director niega.
Los problemas tomaron realce tras la aprobación de la norma de control interno que obligaba a los médicos a registrar su asistencia a través del reloj biométrico. La negativa de más de cien de ellos llevó a las autoridades a aplicar descuentos.
Desde ese momento el descontento y los roces entre los especialistas y las autoridades creció, Gómez fue una de las voces críticas.
El conflicto ha llegado hasta los tribunales de lo civil y mercantil, el director del Rosales solicitó la destitución de siete jefes, Gómez ganó el caso.