Cirugías cardiovasculares de primer nivel en el Bloom

Dos bebés con cardiopatías difíciles de operar han sobrevivido

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Algunos cirujanos, cardiólogos y enfermeras que integran el equipo de cirugía cardiovascular del hospital Bloom

/ Foto Por Lilian Martínez

Por Lilian Martínez

2015-07-31 9:00:00

Dos recién nacidos diagnosticado con transposición de las grandes arterias (aorta y pulmonar) fueron operados con éxito por el equipo de cirugía cardiovascular del hospital Bloom durante julio.
Estos no son los primeros casos que se diagnostican en El Salvador, pero sí los primeros operados aquí por un equipo multidisciplinario integrado por médicos y profesionales salvadoreños. Los bebés diagnosticados anteriormente eran enviados al extranjero.
Uno de los bebés nació en el Hospital San Juan de Dios de Santa Ana y el otro en el San Juan de Dios de San Miguel. Al primero lo operaron en el Bloom el 6 de julio y ayer fue dado de alta. Al segundo lo operaron el 26 de julio y permanece en la UCI.
La Transposición de las Grandes Arterias es una de las cardiopatías más difíciles de operar. El cirujano cardiovascular Guillermo Martínez Arias, jefe del equipo que llevó a cabo estas operaciones, explicó  en qué consiste.
Esta cardiopatía ocurre cuando las  arterias que salen del corazón, la aorta que sale del ventrículo izquierdo y  la  pulmonar que sale del ventrículo derecho, están al revés. Es decir, del ventrículo izquierdo sale la  pulmonar y del derecho la aorta. En palabras de Martínez Arias: “Están completamente implantadas al revés”.
Esta condición es incompatible con la vida, aseguró, “a menos de que existan ciertas comunicaciones dentro del corazón”.
Por ellos los niños que nacen con esta cardiopatía necesitan ser operados durante las primeras dos o tres semanas de vida. Debido a eso es importante un diagnóstico rápido.
Los bebés operados en el Bloom , fueron referidos desde los hospitales nacionales de Santa Ana y San Miguel, donde tienen cardiólogos pediatras.
Brandon Rodrigo nació el 21 de junio, pesó 7 libras y midió 48 centímetros. Sin embargo, su madre  Joselin Estefanía Avilés González  no pudo llevarlo a casa al día siguiente.
Ella recuerda:“Cuando él nació, el siguiente día que me lo iban a dar de alta el pediatra lo llegó a revisar y me dijo que se le escuchaba un soplo y me lo ingresaron y me le comenzaron a hacer montón de estudios”.
Entonces le recomendaron que procurara que el niño no se agitara ni llorara. Así estuvieron 14 días en Santa Ana, hasta que el bebé fue referido y enviado al Bloom. El 6 de julio lo ingresaron a sala de operación a las 8:30 de la mañana y a la UCI a las 9:00 de la noche, según recuerda la madre.
Ayer, Joselin Estefanía lucía cansada, pero estaba contenta porque al fin le habían dado el alta a su hijo y podría llevarlo junto a su esposo a casa.
Sobre las operaciones, el cardiólogo Mauricio Velado afirmó: “Estamos muy contentos, orgullosos de la labor que estamos realizando como grupo cardiovascular en el hospital Bloom; porque es un logro grande para cualquier institución de cualquier parte del mundo realizar la cirugía de transposición de los grandes vasos de una manera exitosa”.
El doctor Martínez Arias explicó que las operaciones han sido realizadas utilizando los recursos con los que cuenta el hospital Bloom, pero también con recursos proporcionados por las fundaciones: Gift of life, Latidos de Esperanza, Pro-Ropero y Sana mi corazón.
Ivonne López, directora de Latidos de Esperanza, explicó que esa fundación ha aportado insumos médicos quirúrgicos y posquirúrgicos.
El objetivo de Latidos de Esperanza es  fortalecer el programa cardiovascular en el hospital Bloom. Para ello han brindando el equipo médico, los insumos y los medicamentos necesarios durante todo el año, en coordinación con los médicos y las autoridades del hospital.