El vicepresidente Oscar Ortiz consideró que los últimos homicidios y ataques a agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) y el Ejército son la respuesta de grupos de criminales “que se sienten atacados”, pero que se continuará con la estrategia de debilitar sus estructuras a nivel nacional.
“No vamos a ceder ante la presión de grupos criminales. Hemos capturado un buen número de cabecillas de redes de criminales que han atentado contra la Policía y que forman parte de la estructura que estuvo detrás del paro de transporte, este es un año duro y estamos pagando una alta cuota de sacrificio”, dijo Ortiz, que recordó que van 41 policías asesinados.
Además, sobre la posibilidad de que el próximo lunes se desarrolle un paro general de transporte, Ortíz señaló que para este día se tiene programada una reunión con el gabinete de Seguridad para verificar si es información certera o se trata de rumores y tomar decisiones al respecto.
Responsabilizó a los medios de comunicación de sobredimensionar el problema de la violencia y las amenazas de las pandillas al transporte público.
“A muchas cosas se les eleva el volumen. Los medios de comunicación no deben de multiplicar rumores y generar terror. Esto beneficia a los grupos de criminales, ellos quieren intimidar, todos tenemos que contribuir ante esto”, puntualizó Ortiz.
Reveló que presentarán un programa de ayuda a las familias de los policías y que la estrategia de seguridad del gobierno también está enfocada en fortalecer la defensa del Estado y no permitir que las pandillas y otros grupos afecten a las instituciones y dañen a la ciudadanía.
Entre los días 27 y 30 de julio pasados, no menos de 94 rutas de buses de los servicios urbano e interdepartamental suspendieron el servicio por las amenazas de las pandillas.
Un día antes del paro del transporte, se conoció públicamente que las pandillas pretendían obligar a parar a los transportistas, pero las autoridades aseguraron que se trataba de un simple rumor.
Sin embargo, al día siguiente, 27 de julio, miles de personas se vieron afectadas por la falta de autobuses y microbuses, lo que motivo que el gobierno pusiera en marcha de forma tardía un plan para movilizar a las personas.
En medio de la suspensión del transporte colectivo, las pandillas asesinaron a siete motoristas y además quemaron tres microbuses en Ciudad Delgado.
El Gobierno responsabilizó a la mara 18 de ser la promotora del paro de transporte, cuando antes había acusado a la oposición política de estar detrás del paro para desestabilizar al gobierno del FMLN.