El presidente de ARENA, Jorge Velado, le recordó ayer al Gobierno que su partido representa al 49.8% de los votos de la población, tras las elecciones de marzo, lo que les permite ser la principal fuerza opositora en el país y, por ende, el Gobierno debe estar abierto al diálogo con ellos.
“En cualquier país del mundo, el presidente o el Primer Ministro, incluso el gabinete, trata de tener una relación permanente con la segunda fuerza política, en este caso nosotros somos la primera fuerza política del país”, afirmó el dirigente arenero.
Velado le recordó al gobierno del FMLN que en la gestión de Armando Calderón Sol “con frecuencia habían reuniones entre él y el señor Schafick Hándal, que era el secretario general del FMLN” y que en aquella época la diferencia de votantes entre ambas fuerzas políticas “no era tan corta” como ahora.
En ese sentido, el presidente de ARENA, remarcó que el Gobierno debería estar abierto al diálogo con ellos, ya que más de la mitad de los salvadoreños les dieron sus votos.
“La pregunta es: ¿no tendrían ellos un compromiso moral de tener un acercamiento con la primera fuerza política? Nosotros somos la primera fuerza política, creemos que tenemos no solo el derecho, si no el deber para plantearle nuestras inquietudes”, insistió Velado.
Velado ofreció unir esfuerzos para elaborar una propuesta conjunta contra la crisis de seguridad.
Rechazan acusaciones
El dirigente tricolor también volvió a desmarcar ayer a su partido de las acusaciones hechas nuevamente por el secretario general del FMLN, Medardo González, quien intenta vincular al partido tricolor con acciones que el mismo gobierno le ha achacado a las pandillas, como el “boicot” al transporte público.
González también ha provocado polémica con un exmiembro de las filas del FMLN:Raúl Mijango, a quien ha acusado de ser “asesor de las pandillas” y afirma que la pretensión es “obligar al gobierno” a dialogar con esos grupos.
Mijango no se quedó callado. Ayer durante una entrevista televisiva acusó al Gobierno de “iniciar una nueva guerra, esta vez entre el Estado y las pandillas”; y al ministro de seguridad, Benito Lara, le dijo que “le quedó grande el saco”, en alusión a su cargo.