Productos lácteos de Nicaragua se fue para Venezuela

 Ese país vende su producción a Venezuela a un mejor precio

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Proleche luchó contra el contrabando de lácteos en el pasado porque competían en condiciones desiguales con los productores salvadoreños. Foto EDH/

Por Jaime López

2015-08-15 9:06:00

Un recurso de amparo de los importadores de productos lácteos salvadoreños de Nicaragua ante la Corte Suprema de Justicia que buscaba la eliminación de las barreras  arancelarias para la importación del vecino país, así como la apertura del mercado venezolano, ayudó a los ganaderos nacionales a sobrevivir en medio de una fuerte competencia.

Hace siete años era muy frecuente el decomiso de grandes cantidades de queso, quesillo, cremas y mantequillas entre otros, proveniente de Nicaragua, afirmó el presidente de la Asociación de Productores de El Salvador (Proleche), Gustavo Escobar.

Antes del Gobierno del expresidente Mauricio Funes varios comerciantes preferían importar esos productos de Nicaragua a un precio mucho menor que comprarle a los productores nacionales por los altos costos.

Esa situación puso en serios problemas a la industria láctea salvadoreña, al punto que  dieron una férrea lucha para impedir que los lácteos nicaragüenses ingresaran al país, subrayó Escobar.

Los nacionales lograron que el Gobierno impusiera cuotas de importación, que oscilaban entre 21 y  31 toneladas de lácteos de Nicaragua, y además debían superar todos los controles sanitarios del país.

En respuesta a esas medidas los importadores nacionales  acudieron a las máximas instancias legales del país en la Corte Suprema de Justicia para defender sus derechos.

Alegaron que como parte del Mercado Común Centroamericano, no debían estar sometidos a una cantidad de importación y tampoco tenían que imponérseles impuesto a las importaciones de Nicaragua que ingresaran legalmente.

Los magistrados estudiaron los argumentos y encontraron que el recurso reunía los requisitos para ser tramitado y lo admitieron, al tiempo que suspendieron el acto reclamado, excepto los controles sanitarios.

Ese último requisito no pudo ser eliminado, el cual se constituyó en el escudo de la industria láctea salvadoreña, pues gran parte de la producción nicaragüense, luego de los controles sanitarios debía ser destruidos o desechados.

De ahí, que el contrabando de lácteos del vecino país no era para evadir impuestos sino para evitar los controles sanitarios.

De pronto, surgieron las alianzas Nicaragua y Venezuela, que abrió nuevos mercados a sus lácteos y carnes  en el Sur, a precios mucho mejores que los centroamericanos y México.

 De ahí que los nicaragüenses dejaron de ser competencia desleal de los productores salvadoreños.