El rumbo de las izquierdas en Latinoamérica

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Kevin Casas-Zamora, ha sido secretario de asuntos políticos de la OEA.

Por Gerardo Torres, especial desde Washington

2015-08-23 10:00:00

¿Por qué Venezuela ha aguantado tanto?

Casas-Zamora cuenta que Hugo Chávez solía decir que había tres factores que lo mantenían fuerte políticamente, de los cuales podría controlar solo tres: el ejército (el cual podía controlar), los cerros (barrios pobres del país que también podía controlar) y el precio del petróleo (su eslabón débil).

En la actualidad esos tres factores se están esfumando: el precio del petróleo continuará bajo por los próximos años, porque la producción de petróleo a través del fracking ahora es muy rentable, cuando antes no lo era por debajo de los 60 dólares. 

Encima de esto, el analista costarricense comenta que la situación económica obligará a Maduro a hacer reformas que son inviables políticamente, lo cual le quitará el apoyo de los cerros y también del ejército. Porque, tal como explica Casas-Zamora, el ejército se beneficia mucho de las distorsiones económicas de Venezuela, porque controlan un porcentaje alto de la importación de alimentos del país y reciben dólares a la tasa más preferencial, lo cual abre una gran ventana a la corrupción. Por tanto, un ajuste le quitaría privilegios al ejército y Maduro depende mucho de este para seguir en el gobierno.

El exsecretario de Asuntos Políticos de la OEA cree que estas elecciones que vienen son importantes, porque si la oposición alcanza mayoría legislativa, no tendría efectos inmediatos sobre la actividad económica, pero sí estaría en capacidad de obligar al gobierno a nombrar de manera consensuada a todas las personas que encabezan los órganos de control del estado. “Sin embargo, si el resultado de la elección es de alguna manera amañado entonces me parece que estás cerrando la última posibilidad que existe para una solución civilizada a la situación venezolana”, sentencia Casas-Zamora.

¿El fin de Rafael Correa en Ecuador?

Kevin Casas-Zamora no cree que el fin de la presidencia de Rafael Correa en Ecuador esté cerca, pero sí considera que va a empezar a existir un juego político más equilibrado, con una oposición más articulada, donde Rafael Correa no sea el amo y señor del sistema político ecuatoriano, tal como lo ha sido desde 2007.

¿Sigue contando Dilma Rousseff con capital político?

El analista político cree que Dilma Rousseff sí sobrevivirá a las protestas y a los escándalos de corrupción, aunque lo hará de forma muy debilitada. El motivo es simple: es más inteligente para la oposición tener a una Dilma y necesitada de apoyos que hacerla renunciar a su cargo y asumir la responsabilidad de gobernar tras un momento tan caótico.

Casas-Zamora no se muestra muy convencido del poder de las protestas, porque piensa que hoy en día son muy fáciles de organizar y convergen grupos muy heterogéneos que no tienen una agenda común. El analista considera que son los partidos políticos los que aún tiene el poder y deben darle contenido práctico a esas demandas de la población.

¿Seguirá el kirchnerismo gobernando Argentina?

El político costarricense no se atreve a hacer una predicción, pero comenta que “los niveles de fragilidad política y económica del gobierno de Cristina son menores de lo que se percibe afuera”. Lo prueba el hecho de que su candidato, Daniel Scioli, va punteando en las encuestas.

Los problemas de Michelle Bachelet

Casas-Zamora cree que la situación que vive Michelle Bachelet es un caso típico de un gobierno que llegó con expectativas desorbitadas y con una agenda demasiado ambiciosa.

 Al exvicepresidente de Costa Rica le parece surrealista decir que un solo periodo de gobierno va a reformar el sistema educativo del país, el sistema tributario y a convocar una asamblea constituyente. “Te buscas problemas al hacer promesas de ese tipo. La cosa no funciona así. Si logras hacer una de esas tres cosas eres Gardel, como dicen en Argentina”, explica Casas-Zamora. Encima de esto, el analista dice que a las expectativas desorbitadas se le sumó la contracción económica y los escándalos de corrupción, lo cual es una mezcla letal.