“Si los políticos no se comunican bien con los jóvenes, los exponen al populismo”

La democracia requiere darle voz a todos los sectores y alcanzar un consenso entre todos; además los políticos deben saber comunicarse con los jóvenes, dice la vice canciller de Polonia

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La vicecanciller de Polonia Henryka Moscicka Dendys visitó el país.

/ Foto Por elsalv

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2015-07-25 6:07:00

La vice canciller de Polonia, Henryka Moscicka-Dendys, estuvo en el país para la VIII Conferencia Ministerial Comunidad de las Democracias, de la cual El Salvador tiene la presidencia pro témpore. Experta en desarrollo y democracia, además de haber experimentado en su natal Polonia, el proceso de reconciliación tras la caída del comunismo, ofrece su visión sobre los procesos de democratización tras conflictos. De paso, comenta sobre el desencanto de la gente ante la política.

¿Qué impresión se lleva de la democracia en El Salvador?

—Estoy contenta por estar acá. Estoy impresionada por lo que veo, quiero felicitar a El Salvador por su presidencia exitosa de este foro de democracia.

Tuve el placer de hablar con el canciller Hugo Martínez y estoy impresionada con el proceso de paz y reconciliación, por el esfuerzo de paz que hizo El Salvador.  Es un proceso similar al que pasó Polonia en su historia.

Les puedo prometer que vamos a cruzar los dedos para la consolidación de la democracia de El Salvador, en el marco de lema de la presidencia salvadoreña que fue “Democracia y desarrollo”.

¿Qué similitudes ve al proceso de Polonia?

—Polonia está situada entre Alemania y Rusia, dos potencias, y hemos tenido muchas experiencias a veces dolorosas. Después de la 2ª guerra mundial, Polonia fue un país casi totalmente destruido.

Después Polonia, por casi 50 años, fue un país gobernado por un sistema comunista impuesto desde afuera. En el marco de la zona de influencia comunista soviética fue el bloque socialista impuesto en contra de nuestra voluntad.

En 1989 Polonia recuperó una soberanía plena. Hoy somos un país exitoso que se desarrolla de manera rápida, dinámica y exitosa, pero en los primeros años después del cambio de sistema este desarrollo estuvo relacionado con la reconciliación dentro del país.

Este proceso de reconciliación tiene similitudes con el de El Salvador, aunque en el caso de Polonia no fue tan dramático porque a Dios gracias no experimentamos guerra civil.

Sabemos muy bien qué difícil puede ser la primera etapa del proceso de democratización y poner el país en una nueva trayectoria del desarrollo y democracia.

¿Qué se puede hacer para una reconciliación exitosa?

—Es difícil dar un consejo universal para todos.  Lo primordial para lograr una reconciliación es poder llegar a  un consenso social y nacional alrededor  de temas prioritarios y dar a todos los sectores políticos  voz . Una voz que se pueda escuchar a través de procesos electorales y de la consulta social para que la voz de todos se oiga.

El papel crucial lo va desempeñar la sociedad civil: es importante darle la oportunidad a que se exprese.

Es importante también el desarrollo económico. 

 ¿Cómo se le da voz a la sociedad civil? ¿Cómo se le involucra?

—El proceso es largo y difícil. En Polonia tras 26 años de transición apenas hemos logrado la consolidación de instituciones sobre la sociedad civil. Es un proceso que requiere esfuerzo. Mi consejo para despertar a la sociedad civil es paciencia. Esto no se puede imponer por la fuerza.
 
En el mundo hay un desencanto de los políticos tradicionales. En Grecia llega al poder una plataforma civil, en España está Podemos, otra plataforma¿Existe riesgo de que surjan plataformas populistas ante tal desencanto?

—Me parece que la gente decepcionada con la política tradicional son gente joven, educada en internet y redes sociales. El problema principal está en la manera de comunicarse. La juventud de hoy se comunica de manera diferente, los canales en partidos tradicionales son diferentes, no se comunican como los jóvenes de hoy. 

La juventud de hoy se siente incomprendida, siente que no participa en el proceso de hoy. El reto para los políticos tradicionales es aprender a comunicarse con la juventud, aprendiendo a comunicarse con el público joven. Si esto no ocurre esta juventud va estar muy propensa al populismo.