Dos días después de que los empleados de buses y microbuses iniciaran un paro de labores por amenazas de las pandillas, las autoridades penitenciarias trasladaron el martes por la mañana a unos 40 reos vinculados con dichas amenazas.
Aparte del movimiento de los cabecillas Carlos Eduardo Burgos Nuila y José Carlos Hernández Mauricio, hacia el penal de máxima seguridad de Zacatecoluca (Zacatraz) hubo 37 cambios más.
La Dirección General de Centros Penales difundió en su cuenta de Twitter un listado con los nombres de los reos que fueron llevados del penal de San Francisco Gotera, en Morazán, hacia el presidio de Izalco, en Sonsonate.
El secretario de comunicaciones de la Presidencia, Eugenio Chicas, dijo que estos reos usaban a familiares que los visitaban en las cárceles para enviarles indicaciones a los mareros que están libres.
Estar presos tampoco ha impedido que los delincuentes estén en contacto telefónico con sus cómplices, lo que indica que las autoridades no logran controlar el ingreso de objetos ilícitos (entre ellos teléfonos) a las cárceles.
No obstante, Chicas dijo que las empresas de telefonía no colaboran con las autoridades en la regulación de los bloqueadores de señales.
Paro de labores violento
Este cese de labores del transporte colectivo ha sido sangriento comparado con un sabotaje similar que ocurrió entre el 7 y el 9 de septiembre de 2010.
Esa vez, la mara Salvatrucha, bajo el mando del cabecilla Borromeo Henríquez Solórzano (a) “Diablito de Hollywood”, ordenó a los transportistas suspender el servicio. La Fiscalía no procesó a nadie por ese acto delictivo.
A diferencia del paro actual, en el del 2010 no fue asesinado ningún empleado; esta vez, en menos de 24 horas, mataron a seis motoristas y quemaron dos microbuses.