Subtenientes asesinados: Dos historias de diferente heroísmo

Uno prefirió no disparar para proteger a varios niños tras de quienes se parapetaba un pandillero

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Imagen del funeral del subteniente Aland José Ayala Alvarado, quien murió el viernes anterior. fotos edh / marlon hernández

Por Jorge Beltrán Luna nacional@eldiariodehoy.com

2015-06-12 11:00:00

Mauricio Arturo Domínguez Meléndez y Aland José Ayala Alvarado eran dos subtenientes que entraron como cadetes el mismo día a la Escuela Militar Capitán General Gerardo Barrios, se graduaron el mismo día, murieron de la misma manera, pero hicieron, aunque siempre de forma heroica, una historia diferente.

Los dos jóvenes oficiales, de 24 y 26 años, tenían tres años de haberse graduado en la misma promoción, como oficiales de la Escuela Militar y murieron con 23 días de diferencia, el uno del otro, durante enfrentamientos armados con miembros de la Pandilla 18 Revolucionarios.

De acuerdo con compañeros de promoción y de amigos de ambos oficiales, Domínguez Meléndez era un muchacho que, con condiciones económicas muy adversas, logró entrar a la Escuela Militar.

Sus compañeros de promoción lo saben, porque como cadetes también supieron de las dificultades económicas que él mismo les comentaba.

A lo largo de los cuatro años como cadete, recuerdan que aquel joven estuvo a punto de abandonar la Escuela Militar, debido a que había gastos que la beca no cubría.

Mauricio contaba a sus compañeros cadetes de más confianza que su madre trabajaba lavando y planchando ajeno para poder sostenerlo. Mauricio expresaba con mucho orgullo cómo su madre lo apoyaba. Eso dicen algunos de sus amigos, quienes aseguran recordarlo como alguien que nunca se dio por vencido en la consecución de sus metas.

Al final, en 2012, Mauricio logró graduarse como subteniente.

Con los primeros sueldos de oficial, según relatan algunos de sus amigos, logró cambiar lo que prácticamente era una champa por una casa, aunque pequeña, pero de construcción mixta.

Incluso, hay quienes aseguran que Mauricio y su familia lograron comprar el primer televisor cuando ya él recibía su sueldo como subteniente del Ejército.

Domínguez Meléndez murió la noche del 21 de mayo anterior, durante un intercambio de disparos en el que también murieron dos pandilleros que atacaron la patrulla militar que comandaba el subteniente.

Este hecho sucedió en una lotificación en los arrabales de la ciudad de Aguilares, al norte de San Salvador.

El oficial, gravemente herido, fue trasladado en helicóptero hacia el hospital Militar, falleció tras dos horas de esfuerzo de los médicos por salvarle la vida.

Murió por no arriesgar la vida de niños

Ayer, casi los mismos compañeros que el 20 de mayo lamentaban la muerte de Domínguez Meléndez, acudieron al funeral de Ayala Alvarado, quien pasó cuatro días en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Militar Central (HMC), librando una batalla que perdió el 13 de junio, a las 5:30 de la tarde.

De acuerdo con fuentes militares, Aland José prácticamente murió por no poner en riesgo la vida de varios niños residentes en la colonia San Juan Bosco I, en las afueras de la ciudad de Usulután.

Según las fuentes, el subteniente iba a la cabeza de su patrulla cuando se armó la disparazón.

El oficial tenía en la mira a un pandillero, pero no le quiso disparar porque cerca del delincuente había varios niños; el pandillero aprovechó esa ventaja y le hizo varios disparos al oficial.

Desafortunadamente, una de las balas disparadas por el pandillero impactó a Ayala Alvarado, dañándole una importante arteria.

Los niños salieron corriendo. Desaparecieron.

En ese momento, ya herido gravemente, el oficial disparó varias veces, logrando matar al pandillero que posteriormente fue identificado como Osmín Alexander Castro Gómez, de 22 años, conocido con el alias de “El Mota”; junto a su cadáver hallaron un revólver calibre 38 con el que había atacado al oficial.

Ayala Alvarado fue trasladado en helicóptero hacia el HMC, donde, pese a los esfuerzos de los médicos, el subteniente murió.

El subteniente era un oficial destacado, según la hoja de servicio que leyeron ayer durante su funeral, al que también asistió su padre, un teniente coronel en servicio activo.

Ayala Alvarado vivía en Soyapango, municipio vecino de Ilopango, domicilio del subteniente Domínguez Meléndez.

Primeras bajas de oficiales de la FAES

Domínguez Meléndez y Ayala Alvarado se constituyen en los primeros dos oficiales de la Fuerza Armada de El Salvador (FAES) que pierden la vida durante enfrentamiento con pandilleros, desde que a finales de 2009, miembros del Ejército apoyan a la Policía Nacional Civil (PNC) en laboras de seguridad pública.

No obstante, en lo que va del presente año, son ocho los militares que han sido asesinados por miembros de maras o pandillas.

La mayoría de ellos fue atacada cuando estaban en sus viviendas, durante sus días de descanso.