Unos ocho pandilleros de la mara 18 se enfrentaron a balazos con policías ayer en la lotificación Villa del Mar, en la colonia Brisas de Zaragoza, La Libertad.
La Policía fue alertada, como a las 9:00 de la mañana, de que los delincuentes estaban armados en la zona.
Cuando los agentes llegaron hubo una balacera en la que murió Érick Francisco Rivera Sánchez, de 24 años. Junto al cadáver del sujeto fue hallado un revólver con el que le disparó a los oficiales.
La Policía señaló que los sujetos supuestamente estaban en una colina, entre maizales, planificando un ataque contra los policías.
Por su parte, un jefe policial que llegó a la escena sostuvo que los delincuentes se habían reunido para limpiar las armas de fuego que portaban.
El resto de pandilleros que acompañaban a Rivera logró escapar; aunque hubo un operativo de búsqueda no se registraron detenciones.
La Policía responsabilizó a esa estructura delictiva de varios asaltos registrados en la carretera al Puerto de La Libertad, en la que más de una ocasión terminaron con pérdidas humanas.
Esta no fue la única muerte violenta registrada ayer en Zaragoza. Simultáneamente, en la colonia San Nicolás, las autoridades procesaban la escena donde fue ultimado Daniel Santos Martínez.
El hombre, de 36 años, fue atacado a balazos cuando hacía obras de albañilería en una vivienda. Según su familia, él tenía 15 días de estar llegando a trabajar a ese sector.
Santos —quien deja a dos menores de edad en la orfandad— había desertado hace varios años de una pandilla, relató una pariente.
Las autoridades no descartaron que el homicidio se haya debido a la disputa de territorios que hacen las pandillas.
Horas antes, Douglas Lima Rodríguez, de 26 años, fue acribillado por pandilleros en colonia Las Brumas, del referido municipio.
El hombre fue llevado al hospital San Rafael, donde más tarde pereció.
Al mediodía, Luis Alonso Alfaro Granados, de 62 años, fue asesinado en la colonia Complejo Habitacional, de San José Villanueva, del mismo departamento.
Las autoridades no determinaron el móvil del ataque. Algunos lugareños sostuvieron que el señor era empleado de la alcaldía, pero esta versión no fue corroborada.
El jefe policial atribuyó estos ataques a la pandilla 18 y los relacionó con que ayer fue día 18, fecha en la que los mareros suelen incrementan los asesinatos.
Otro enfrentamiento se produjo con pandilleros en el cantón Las Isletas, en San Pedro Masahuat, dos mareros de la 18 murieron según informó la Fiscalía General.
Este aumento delictivo ha llevado a El Salvador a convertirse en el país más violento de Centroamérica y el Caribe, según un estudio del Índice Global de Paz (IGP), difundido en Inglaterra.
De acuerdo al informe, América Latina es menos pacífica este año con relación a 2014, y ha habido un incremento de las tensiones y la inestabilidad interna en algunos países.
El Salvador aparece en la casilla 123 de la lista global, adelante de Guatemala, que tiene el puesto 118, y Honduras el peldaño 116, que antes era el más violento.
A esto se suma que países como Honduras, Nicaragua, Italia y Argentina han advertido que pandilleros salvadoreños han migrado hacia esos lugares.
Al respecto, el ministro de Seguridad, Benito Lara, se limitó ayer a reconocer (tras una rendición de cuentas en la Asamblea Legislativa) que sí ha habido migración de pandillas.
Ministerio de Defensa: 200 ataques en el año
Una muestra de que las estructuras delincuenciales están recrudeciendo los ataques, especialmente contra los encargados de la seguridad pública que se encuentran de licencia, es que en lo que va del año han asesinado a 27 policías, según el director de la PNC Mauricio Ramírez Landaverde.
Por su parte, el ministro de Defensa, David Munguía Payés, aseguró que, en lo que va del año, la entidad ha perdido a 11 integrantes a manos de las pandillas.
Además informó que en su gestión se han registrado 600 enfrentamientos entre soldados y pandilleros, 200 de ellos se cometieron en lo que va del año.
El ministro agregó que la institución ha detectado la presencia de grupos fuertemente armados en el volcán Chichontepec, en San Vicente, y en el cerro de Guazapa.
Hace un mes, Mauricio Arturo Vilanova, alcalde de San José Guayabal, Cuscatlán, también expresó su temor porque, según él, se ha visto mayor presencia de pandilleros en el cerro de Guazapa.
El edil manifestó que grupos de unos 50 hombres “patrullan” la zona portando armas de grueso calibre y no descartó que lleguen a entrenar en los tatús que fueron usados por la guerrilla durante el conflicto armado.
El día que Vilanova hizo esta denuncia, las autoridades hallaron semienterradas en un potrero de San José Guayabal 23 granadas que fueron usadas en el conflicto armado, pero que habían pasado a manos de las pandillas.