El soldado José Otoniel Perlera, de 21 años, no sólo dejó huella en los corazones de sus amigos y familiares. También lo deja en todas las paredes de su hogar. Era pintor y su última obra quedó incompleta, ya que fue uno de los soldados asesinados el domingo pasado frente a la terminal de Oriente por pandilleros de la 18.
Ayer a las 2:00 de la tarde, los restos del soldado fueron trasladados desde la colonia Bella Hermosa hasta el cementerio municipal de Tacuba, en Ahuachapán.
Recorrió las principales calles del referido municipio. Decenas de pobladores se apostaron en las puertas y ventanas donde con rostros de tristeza veían pasar las decenas de personas que apoyaron a la familia doliente.
El camposanto lució abarrotado por decenas de familiares amigos y militares, quienes despidieron al militar. Su abuela y padres no soportaron la muerte de José y tuvieron que ser auxiliadas por familiares y militares.
José Otoniel era muy conocido en su pueblo por sus habilidades en la pintura, por eso todo el pueblo de Tacuba lamentó su muerte.
“Era un muchacho muy ejemplar, siempre fue disciplinado y su mayor aspiración era tener un poco de dinero para profesionalizarse como pintor”, expresó una pariente.
Sus compañeros también sintieron su muerte. Algunos lo recordaron como un soldado muy honesto y obediente a las órdenes de sus superiores.
“Le gustaba enseñar a los niños pequeños sobre la pintura. Se entretenía mucho en sus días libres. Esa ha sido una perdida muy grande para este pueblo que también está asediado por los pandilleros de la MS”, dijo un conocido de la familia.