Conapes ha denunciado el incremento de las extorsiones

Chantajes han obligado al cierre de miles de negocios en el país

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Miles de negocios han cerrado por el acecho de extorsionistas.

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2015-06-12 8:00:00

La empresa privada de El Salvador ha sido duramente golpeada por el accionar delincuencial de los extorsionistas, principalmente por pandilleros.

El clamor de los empresarios ante dicho flagelo se ha concretizado por lo dicho por el presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), Jorge Daboub.

El líder empresarial del país ha denunciado que las extorsiones han ahogado a miles de negocios cuyos propietarios han tenido que cerrar para evitar seguir entregando sus pocas ganancias a las pandillas o ser víctimas de atentado y asesinatos.

Daboub ha denunciado que el aumento de los chantajes ha sido reflejado en encuestas realizadas por el Consejo Nacional de la Pequeña Empresa de El Salvador (Conapes) y otras gremiales empresariales.

Daboub ha manifestado que las extorsiones y el cierre de negocios no ha cambiado, contrastando lo sostenido por el Gobierno.

El líder empresarial dijo que las estadísticas de las autoridades sobre casos de extorsión son un reflejo de las denuncias que recibe, pero no se toman en cuenta los que no denuncian por miedo a represalias.

Agrega que muchas víctimas de este delito no denuncian porque ya no van perder el tiempo cuando no han tenido resultados en este tema.

Al respecto, Ernesto Vilanova, presidente de Conapes, ha informado en su oportunidad que un 90 por ciento de pequeños y medianos empresarios registrados en la gremial denunció que está siendo extorsionado.

Esto ha contrastado con funcionarios del Gabinete de Seguridad, quienes siguen sosteniendo que en los últimos meses han disminuido las denuncias por ese delito.

Agregó que la mayoría de víctimas de extorsiones prefiere callar por temor a represalias y porque desconfían de las autoridades.

“La gente no denuncia porque hoy matan por eso. Y lo inaudito: capturaron a policías que extorsionaban a pequeños comerciantes; los agarraron con las manos en la masa y después los dejaron libres y los incorporaron a la institución”, cuestionó Vilanova.

Sostiene que las intimidaciones de los grupos delictivos han obligado a muchas familias a cerrar sus negocios y abandonar los lugares donde residían.

Varias víctimas de extorsión han preferido irse del país para evitar ser víctimas de la delincuencia, mientras que los que se quedan experimentan un clima de incertidumbre.

Los extorsionistas delinquen utilizando una red de delincuentes.