Alumnos de Mónica Herrera promueven cultura de transparencia

Unos 40 exalumnos participaron en "Puerto Alumni" y trabajaron propuestas para que el país haga frente a la corrupción

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Los exalumnos presentaron al menos nueve propuestas para combatir la corrupción. Fotos EDH / Lissette Monterrosa

Por Magdalena Reyes nacional@elsalvador.com

2015-06-27 8:00:00

El Puerto Alumni, organizado por exalumnos de la Escuela de Comunicaciones Mónica Herrera, fue la manera en que los jóvenes expresaron alternativas con las que se pueden hacer frente a la corrupción y establecer una cultura de transparencia en El Salvador.

Entre los problemas que los participantes de Puerto Alumni señalaron están la pobreza, la inseguridad, bajo nivel educativo y los deficientes servicios de salud.

“Como exalumnos nos pusimos de meta elaborar una idea que después se pueda retomar en el país”, explicó Federico Harrison, director académico de la Escuela de Comunicaciones Mónica Herrera.

Una de las propuestas fue ventilar casos de corrupción que han ocurrido en el país y como repercute en la falta de fondos para que el gobierno ejecute programas.

En el evento, llevado a cabo en las instalaciones de la escuela, también participaron representantes de la empresa privada y de fundaciones y organizaciones no gubernamentales, con la idea de que los planteamientos puedan ser retomados por ellos a futuro.

Entre las diferentes ideas elaboradas por los exalumnos incluso se retomó recursos como la sátira. “Hemos pensado en una revista satírica para sacar a la luz la verdad, porque nos dimos cuenta que lo que mueve al salvadoreño es el humor, la ironía, entonces nos fuimos por ese lado”, comentó Arturo Ruiz, exalumno participante.

Otras de las propuestas hizo un llamado a la lealtad través de un portal digital que se denominaría www.diosunionlelatad.org, que permitirá dar una nueva forma de expresión a la población.

Concientizar a aquellas personas que no tienen claro el impacto que tiene la corrupción para el desarrollo de un país y el papel que juega dentro de los eslabones que se recorren para que un hecho de este tipo se ejecute, fue otro de los planteamientos.

Brenda Vanegas, una exalumna, mencionó en su informe que algunos de los empleados desde sus puestos de trabajo en una oficina pública, participan dentro de un proceso de corrupción al ver los hechos y guardar silencio, ya sea por indiferencia o por necesidad de conservar su empleo.

“Se debe pasar de una cultura del miedo a una cultura de colaboración”, exclamó Tony Carbonero, otro participante.

Para el empresario Carlos Enrique Araujo, es positiva la iniciativa de la Escuela, porque le permite a los jóvenes abordar un tema que está impregnado en las sociedades de América Latina y del mundo.

“Es interesante ver que los jóvenes están trayendo diferentes propuestas, que es lo que nuestro país necesita”, dijo el empresario.

De igual manera opinó el exfiscal de la República, Felix Garrid Safie, invitado a la presentación de los jóvenes.

“A nivel de universidades la gente habla, no tiene cortapisas, dicen lo que sienten, este ejercicio me parece sumamente importante”, destacó Safie.

Agregó que en la región hay movimientos en contra de la corrupción en Guatemala, Honduras y México y considera que El Salvador se va quedando atrás al respecto.

“El tema de la Ley de Probidad es para prevenir, pero aquí además de prevenir hay que combatir”, agregó.

En busca de comunicación estratégica

Unos 40 exalumnos de la escuela de Comunicaciones, preocupados por la difícil situación que atraviesa el país, se reunieron para trabajar en ideas que les permitan dar un aporte al país.

Divididos en grupos de nueve exalumnos, buscaron trabajar en propuestas de comunicación para hacerle frente al tema de la corrupción en El Salvador, como una de las problemáticas más graves que el país enfrenta.

“Esta enfermedad (la corrupción), lleva décadas instalada en nuestra vida cotidiana y, en lo últimos años nos está conduciendo a una guerra”, señalaba parte del informe realizado por los exalumnos.

Otras de las consideraciones fue la creciente cantidad de quejas en las diferentes redes sociales. “Quejándonos en redes sociales no curaremos esta enfermedad”, detallaron los jóvenes. Además les alarma que como sociedad se vea de manera normal y hasta comprensible la corrupción.

Esas fueron las motivaciones que los llevaron a buscar propuestas de solución, considerando que es necesario “intervenir”, a través de la comunicación estratégica.