Las penurias de la UCI del Rosales

La atención de los pacientes se complica por la carencia de insumos, exámenes de diagnóstico y camas

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Una de las dos camas que están sin usar en la UCI general porque uno de los cables del monitor de signos vitales no funciona.

Por Yamileth Cáceres servicios@elsalvador.com

2015-05-13 9:00:00

El número de cupos para los pacientes críticos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital Rosales se redujo desde la semana pasada: dos camas ya no son utilizadas porque los cables de los monitores de signos vitales se dañaron.

Esta situación limita aún más la oportunidad de las personas que requieren este tipo de atención; la UCI general dispone solo de 16 cupos y, por el momento, están habilitadas 14.

Arnulfo Duarte, jefe de la UCI, expresó que la demanda insatisfecha es del 51 por ciento, es decir la mitad de los usuarios no puede ser ingresada al área.

“Tenemos dos monitores incompletos, de manera que estamos trabajando con 14 camas”, comentó Duarte.

Una de las enfermeras manifestó que ya se gestionó con el área de Mantenimiento del hospital para que cambien los cables y así se puedan usar las camas. Sin embargo, les informaron que no había cable en bodega y deben espera que la dirección autorice la compra.

Personal de Relaciones Púbicas del hospital Rosales informó que ya se hizo la gestión de compra, que ayer se tenía previsto que la empresa firmara el contrato y se le pediría un anticipo.

A la reducción de cupos en la Unidad de Cuidados Intensivos se suma el problema de que las camas están viejas y deterioradas, la falta de insumos y de exámenes de diagnósticos importantes a los pacientes ingresados como la Resonancia Magnética y la Tomografías Axial Computarizadas.

El jefe de la UCI expresó que “las camas están completamente deterioradas, enmohecidas, ya tenemos tres años de tenerlas, un ruido que hacen terrible. Estamos exigiendo que nos compren camas, incluso con básculas, por lo menos la mitad”.

Agregó que el riesgo de que estén así es que los usuarios adquieran una infección.

Una de las enfermeras explicó que a veces los respaldos de las camillas quedan trabados o planos cuando existen indicaciones de cómo debe estar la inclinación. Además, las barandas no sirven.

“A veces a los pacientes, cuando ya se les va quitando la sedación, no todos reaccionan de la misma forma; orientados, sino que desorientados y se quieren tirar de la cama”, agregó la enfermera.

La trabajadora de salud indicó que desde junio del año pasado tampoco tienen dispositivos para tomarle los cultivos de secreción bronquial a los pacientes con ventilación mecánica, aquellos que no pueden respirar.

A ellos se les debe tomar cultivos cuando ingresan, para saber si tienen alguna infección y de qué tipo. Una semana después se les vuelve hacer el examen y, si siguen ingresados, se les toma una muestra de secreción, pero ese procedimiento ya no se puede hacer.

Por ello, los antibióticos se les suministran con base a información clínica y no base a información bacteriológica, como debe ser. Los pacientes que están con ventilación mecánica tienen riesgo de contraer una infección.

El jefe de la UCI añadió que el desperfecto en la resonancia magnética, la única en el sistema de salud público, también les ha afectado. Desde marzo no se hacen esos exámenes.

Al mes, aproximadamente 400 pacientes de toda la red pública necesitan ese servicio y lo solicitan en el Rosales.

Tampoco funcionan los dos aparatos de Tomografía Axial Computarizada.

Una de las enfermeras de la UCI expresó que a las personas que requieren un TAC abdominal y de columna son enviados al hospital Saldaña y quienes necesitan un TAC del cerebro al hospital San Rafael. Sin embargo, no todos los enfermos pueden ser enviados a otro hospital por el riesgo que conlleva el trasladarlos, pues su condición de salud es crítica.

También enfrentan problemas para tomar exámenes de rayos X a los ingresados porque el aparato portátil se arruinó. Esos pacientes están tan delicados que no se les pueden llevar a la Emergencia donde está el otro equipo.

Duarte dijo que en ocasiones los trabajadores deben mover el aparato hasta la UCI.

Personal de la Unidad de Relaciones Públicas del Rosales informó que a la resonancia magnética le faltan las baterías del CPU. Para ello se compraron 36 baterías a un precio de $10,404. Estas ya entraron al hospital. Los estudios de diagnóstico se reanudarán después que culmine la reparación del techo y del pasillo que está frente del área de Imágenes.

Con los TAC agregaron que los tubos que se dañaron los recibirán la próxima semana.