La Unión con 268 casos de relaciones sexuales con menores

Autoridades registran a nivel nacional 555 casos de estupro

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La Unión es el departamento con más casos de relaciones de adultos con menores de edad. Foto EDH

Por Jaime López sucesos@eldiariodehoy.com

2015-05-09 7:00:00

La Unión figura como el departamento con más casos de estupro o relaciones sexuales de adultos con menores de 18 años y mayores de 15, las que según las leyes se consuma por seducción, engaño o prevalencia de poder y autoridad del agresor.

Para los expertos, esos casos no son más que violaciones consentidas por cualquiera de las razones establecidas.

Uno de los casos de los últimos meses ha sido el que involucró al director de la orquesta Platinum de origen cubano, Juan Blanco, quien es procesado de haber sostenido relaciones sexuales con una alumna, menor de 16 años.

Otro hecho fue el atribuido al futbolista de Primera División y exseleccionado nacional, Denis Alas, quien fue condenado a tres años de cárcel tras encontrarlo culpable de sostener relaciones sexuales con una joven de 15 años, cuya prisión fue cambiada por tareas de utilidad pública en el Centro Juvenil Zacamil, en Mejicanos, en donde entrena a niños y adolescentes en sus primeros pasos del fútbol.

De acuerdo con la Policía, de enero de 2010 a febrero de 2015, se registraron 555 detenciones por estupro a nivel nacional, de las cuales 268 fueron en La Unión, lo que equivale a un 48 por ciento de la cifra general.

Buena parte de los agresores son allegados a sus víctimas como familiares, maestros, líderes religiosos, vecinos o patronos que por su condición o jerarquía influye sexualmente en los menores.

La incidencia del delito en casi la mitad de la totalidad, en La Unión, hace suponer diversas situaciones a expertos y autoridades.

Una es que el departamento se sitúa en la zona fronteriza con Honduras y es parte de la franja costera nacional donde confluye una variedad de visitantes, lo que de alguna manera podría explicar el fenómeno.

Como punto fronterizo, sostienen que hay abundante movimiento de personas, tráfico comercial, localización de pasos ciegos o ilegales para el trasiego de mercadería (contrabando) y droga.

Las autoridades no descartan que la diversidad de actividades en el referido departamento podrían incidir en el descubrimiento del delito sexual, al igual que las altas temperaturas de la región.

“Se ha analizado que factores climáticos también pueden influir en los aspectos criminológicos. En Europa se hicieron estudios que determinaron que los delitos sexuales ocurrían más en estación de verano que en invierno”, afirmó el psiquiatra Gerardo Enrique Rivera Trejo.

Pero más allá de las simples razones naturales, el profesional sostuvo que habría que valorar causas psicológicas, sociales, culturales, históricas y políticas de un departamento como La Unión.

El psicólogo forense, Néstor Recinos, además de coincidir con Rivera Trejo, agrega que también hay que comparar el comportamiento de la población de Morazán y en especial el grupo femenino en edades entre 14 y 17 años.

“Tenemos que prestarle mucha atención a los factores socioculturales, porque entre más alejados de la zona metropolitana esté una población, muchos más fuertes serán los acondicionantes culturales, especialmente con los menores de edad y sus relaciones con los adultos”, explicó Recinos.

En ese punto, Xochitl Bendeck, jefa de la Rectoría Vida libre de Violencia del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (Isdemu), sostuvo que no solo por la incidencia del estupro sino por el comportamiento de los delitos sexuales en la región, las condiciones de lejanía del departamento en cuanto a escasez de servicios públicos como educación, salud e información “pueden muchas veces provocar que se sigan manejando patrones culturales y produciendo conductas que a nuestro criterio están fuera de la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres y de la Lepina”.

Para nadie es un secreto que en el pasado, los capataces y los hacendados se interesaban por las hijas de los jornaleros o de sus colonos.

El interés del patrón, el mandador o el administrador por la hija del colono, no solo era visto con gran agrado, sino como el presagio de un buen futuro para la familia de la jovencita, ya que a su juicio, podría mejorar el estatus social del grupo familiar.

El psicológico hace hincapié en la influencia que pueden tener los lineamientos mediavales (antiguos) donde los adultos tenían relaciones con las menores o se casaban con la complacencia de las autoridades y de los mismos padres.

“Existen variables socioculturales históricamente acondicionadas a esquemas del pensamiento basado en el ejercicio del control y poder de los adultos sobre los menores de edad”, destacó.

Este sometimiento ocurre en momentos que “la conciencia de las niñas o niños, no está totalmente desarrollada para tener plena facultad de decidir libremente sobre su conducta sexual”, afirmó Recinos.

De acuerdo con Bendeck, este delito está mal concebido en el Código Penal, porque existen leyes especializadas como la de Protección de la Niñez y la Adolescencia (Lepina), así como La Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres, que no hacen diferencia entre los derechos de los niños y niñas de cero a 18 años como sí lo hace el Código Penal en vigencia.

Pero al margen de los conceptos de las relaciones del pasado y las contradicciones legales entre el Código Penal y las Leyes Especiales, las estadísticas de capturas también podrían interpretarse que La Unión ha tomado más conciencia de la gravedad del delito y tiene más conocimiento de las nuevas normativas que lo combaten y lo están denunciado, afirmó la funcionaria del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (Isdemu).

Sostiene además que los delitos sexuales en general tienen una alta incidencia en el país sobre todo contra niñas entre 10 y 18 años.

“Me llamó la atención que revisando los datos de Medicina Legal en el periodo de enero a septiembre de 2014, que no aparecen reconocimientos por estupro”, afirmó Bendeck.

El procedimiento inicia con la denuncia en la Policía, quien notifica a la Fiscalía para que conduzca la investigación para su posterior judicialización.

En la fase de investigación la Fiscalía ordena el reconocimientos forenses de las víctimas.

Pero a diferencia de otras agresiones como la violación sexual, el estupro no es descubierto por peritaje técnico de genitales u otras partes del cuerpo, ni siquiera a través de asistencia psicológica es fácil de detectarlo, manifestó el psiquiatra Rivera Trejo.

La subdirectora del Consejo Nacional de Protección a la Niñez y la Adolescencia (Conna), Vanessa Martínez, afirmó que el estupro es un delito muy dañino que repercute en la vida de la adolescente a quien engañaron con ayudarla a superarse y lograr sus metas con estudio o trabajo bien remunerado.

“Necesitamos fortalecer a la familia para que se convierta en espacios de cuidados y protección frente a ese tipo de vulneraciones”.