Aun sin vínculos de Los Zetas con masacre

Investigaciones no arrojan indicios de que ese grupo criminal mexicano haya tenido participación

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En las paredes del lugar de la masacre pintaron la letra Z. Las autoridades aún no vinculan a los Zetas con el hecho.

Por David Marroquín sucesos@eldiariodehoy.com

2015-04-01 7:00:00

Las investigaciones que llevan la Fiscalía General y la Policía aún no definen vínculos de que el grupo criminal mexicano Los Zetas sea el responsable de la masacre de nueve personas ocurrida la tarde del lunes pasado en un predio donde estacionaban furgones en el kilómetro 29 de la carretera Quezaltepeque y desvío a San Juan Opico, La Libertad.

La hipótesis más fuerte que manejan las dos instituciones como móvil principal de la matanza es el ajuste de cuentas entre grupos de narcotraficante, aparentemente de la región.

Hasta el momento, las investigaciones aún no arrojan indicios o al menos pistas de quiénes habrían sido los responsables de las muertes de las nueve personas que se encontraban en el predio.

Las autoridades de la Policía se han mantenido herméticas con respecto al caso, porque “hay elementos que todavía en este momento no podemos ni debemos de compartir, porque no queremos entorpecer de ninguna forma las investigaciones”, según el subdirector de la Policía, Howard Cotto.

Pese a lo complejo del caso, Cotto dice estar optimista de que este hecho se resolverá en el menor tiempo posible porque, según él, la gran cantidad de evidencias que han recogido en el sitio de la masacre, cree que los puede conducir hasta los responsables.

Cotto señala que el hecho de que los criminales hayan escrito dos letras Z en las paredes de la habitación donde ejecutaron a las víctimas no significa que esa organización criminal transnacional esté detrás de la matanza.

“Cada vez se ve con mayor claridad, en el proceso de investigación, de que eso no tiene nada que ver con esa estructura del crimen organizado transnacional, sino que es una acción para generar o querer desviar la investigación hacia otro rumbo”, dijo Cotto, para desvirtuar la responsabilidad de ese grupo mexicano en las muertes de las nueve personas.

Similar postura tiene el jefe fiscal antihomicidios, Óscar Torres, al señalar que “no podríamos decir que, si es cierto, que esto se pueda tomar como parte de este grupo que haya ingresado al país, pero no, la verdad es que aquí cualquiera puede ubicar X o Y estructura como para poder evadir las investigaciones o que estás den un giro a otros grupos delincuenciales”.

En lo que sí coinciden es que la línea principal de investigación apunta a que se trató de una vendetta por problemas del narcotráfico, aunque ninguno de los dos funcionarios se atreve a señalar que haya responsabilidad de alguna narcoorganización local, aunque tampoco se puede descartar.

“Hay bastantes indicios que nos dan a entender que el hecho puede tener relación con actividades de tráfico de drogas, no estamos descartando nada al respecto, pero, efectivamente, esto es una hipótesis bastante fuerte”, dijo Cotto.

Y aunque una de las víctimas, Rudi Alcides Lazo Flores, haya sido primo del narcotraficante Reynerio Flores Lazo; ni la Policía ni la Fiscalía confirma si estaba siendo investigado por narcotráfico. Sin embargo, Cotto dijo que investigan los antecedentes de cada una de las víctimas para conocer la actividad a la que se dedicaban.

Hallan furgones con alteraciones

Durante las inspecciones realizadas a los cabezales de los furgones estacionados en el sitio se encontró que la mayoría de éstos tiene los números de serie alterados, explicó Cotto.

“Algunos de estos furgones tenían alteraciones en sus características, sobre todo el número de motor, chasis, lo que nos da indicios de que los vehículos habían sido robados o que deliberadamente los mismos propietarios hubiesen alterados los números para despistar la acción de otras actividades criminales”.

Además, los investigadores encontraron un auto de lujo desmantelado y también a varios cabezales les habían quitado piezas, lo que se puede presumir de que en ese lugar también desmantelaban autos robados, según fuentes de la Policía.

Relatos de testigos señalan que los sicarios huyeron en los vehículos de algunas de las víctimas que estaban en el lugar.

Explicaron que los individuos, ya dentro del predio, encerraron a las personas que iban llegando al estacionamiento en una habitación donde los ejecutaron.

Fuentes de la Policía se atreven a decir que por el dispositivo empleado por los delincuentes, no cabe duda de que éstos hayan sido sicarios guatemaltecos al servicio de narcotraficantes del vecino país.

Supuesto dueño tenía empresa de transporte

Ramón Alfredo Alemán Osorio, una de las víctimas, es a quien la Policía y la Fiscalía le atribuyen ser el propietario del predio donde se cometió la matanza.

Alemán Osorio era el representante legal de la empresa Castillo Alemán, la cual se abrevia Cal-Al S.A.

Esta compañía, según el Centro de Registros, fue inscrita el 8 de julio de 2013 y se dedica a la importación, exportación de vehículos, cabezales, furgones; así como a la compra y venta de repuestos automotrices, especialmente de vehículos pesados.

También, la referida empresa tiene como rubro la importación y exportación de mercadería.