Extorsión a la orden del día en La Unión

Bajan las denuncias en Santa Rosa de Lima, dice PNC

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Empresarios unionenses aseguran que los extorsionistas circulan libremente por la ciudad.

Por Enrique Maldonado nacional@eldiariodehoy.com

2015-04-04 10:00:00

Las extorsiones en La Unión siguen imparables y empresarios víctimas prefieren pagar la cuota, mensual o quincenal, ante la percepción que tienen de que las autoridades no ponen freno a ese delito. De hecho, muchos incluyen ese gasto dentro de sus presupuestos y hasta los reflejan en libros contables.

Es algo que confirman tanto empresarios como el departamento de Investigaciones de la delegación de la Policía Nacional Civil (PNC) unionense.

“Si hubiera confianza de denunciar el problema (ante las autoridades) y que lo auxilien, qué bonito sería. Pero al exponerse, uno tiene que abandonar el país o morir, si quiere seguir de necio. Raras veces, muy raras veces, la fuerza ha triunfado. Pero al final lo doblegan siempre”, dice un empresario que debe pagar la extorsión a los pandilleros para que no le hagan daño ni a él ni a su familia.

Esa desconfianza se fundamenta en la aparente inoperancia de la PNC en La Unión, de acuerdo con ese empresario de la cabecera departamental que es extorsionado por pandillas. No se identifica por temor a sufrir represalias por parte de los mareros.

Asegura que en reuniones sostenidas con autoridades les han presentado detalladamente, él y otros empresarios, quiénes son los delincuentes que los acosan, dónde viven, pero la única respuesta que obtienen es que “ya conocen el problema”.

El asegura que en la Policía no solo saben quiénes son los delincuentes que los acosan, sino también que circulan por las calles de la ciudad cuando se les planta. Muchas veces van en bicicleta, en sentido contrario, por las calles de la ciudad.

“No se esconden, andan libremente”, lamenta.

En La Unión, “todos están pagando la cuota (extorsión). Unos, a los dos bandos (pandillas); otros, solo a uno”, afirma este comerciante que tiene estipulado el día en que llegan a traer el dinero. Incluso pareciera que tienen su ruta establecida para hacerlo.

Pero asegura que no siempre envían a la misma persona y que “a quien mandan ellos parece que no tiene vínculos (con la pandilla)”.

“De repente le dicen a alguien que vaya a traer el dinero a tal parte y ahí aparece nervioso. Puede ser un ebrio, un drogadicto, un viejito, una niña, estudiantes con uniforme y con su bolsón”.

Pero a poca distancia está el pandillero, en plena calle, quien, teléfono en mano, dirige a la persona que han enviado para que llegue hasta donde la víctima, a quien ya han avisado que “alguien” irá por el dinero. Y así continúa la recaudación por una de las calles con más movimiento comercial en la ciudad.

Ya es parte de los gastos de operación

Años atrás, Santa Rosa de Lima era el municipio donde se registraba el mayor número de denuncias por extorsión, de acuerdo con los investigadores de la Policía. Pero los empresarios de esa ciudad ya no lo hacen.

“Nos preocupa porque sabemos que mucha gente no quiere denunciar. Como que se llegó a un punto que el ciudadano ve la extorsión como parte de su presupuesto. En un negocio revisamos los libros y tienen incluida la extorsión como parte de su presupuesto”, dicen fuentes de esa unidad.

Respecto a la poca denuncia, tanto en Santa Rosa de Lima como en La Unión, la PNC asegura que influyen varios factores: uno de ellos es el temor de la víctima y otro, la desconfianza que existe hacia la corporación.

“Como en toda institución, hay buenos y malos elementos. La Policía no escapa a eso. Ha habido esfuerzos para capturar a estas personas (agentes) vinculadas (a la delincuencia)”, afirman.

Asegura que dentro de la corporación policial, no solo en la delegación unionense, tienen los mecanismos de control para detectar y poner en manos de la justicia a los malos elementos que actúan al margen de la ley.

Y en cuanto a la lucha contra el delito de la extorsión, se encuentran con trabas que deben resolver en el camino.

Por ejemplo, cuando el delincuente exige a la víctima que use medios electrónicos para enviar el dinero. Por lo general se hace a un número telefónico y no a una persona.

“Es el grave problema que tenemos. Pero la Fiscalía sentó un precedente y se le va a girar orden de captura a la persona que retiró el dinero”, dice la fuente policial.

Dice que, en estos casos, se valen por lo general de sus compañeras de vida o madres, porque son las personas de confianza que les administran el dinero. Muchas de ellas están en la cárcel.

Y es que la persona no puede asumir ignorancia de que no sabía de dónde provenía ese dinero que recogió, sostiene.

En La Unión, cuando la víctima es local, utilizan personas de Santa Ana y Sonsonate para recoger el producto de la extorsión. “Según ellos, para complicarnos la investigación”, dice la fuente.

Pero también hay casos de gente que se vale del temor que infunden los pandilleros, para hacerse pasar como integrantes de esas estructuras delictivas y delinquir.

“Hemos tenido casos en que personas de la misma familia (extorsionada) o allegadas a la misma familia se hacen pasar como pandilleros”, dice el investigador.

Los medios que usan para obtener el dinero

En el departamento de Investigaciones de la delegación de la PNC de La Unión son conscientes de que la mente del pandillero trabaja no solo para hallar formas de delinquir sin ser detectado, como en las extorsiones.

Aseguran que ese esfuerzo realizado por el criminal lo lleva, por ejemplo, a exigir a la víctima que le entregue bienes en lugar de dinero.

Los investigadores en La Unión aseguran que ha habido casos en que los delincuentes piden vehículos, armas de fuego y motocicletas a personas que tienen sus negocios en el departamento.

Es lo que sucedió a los dueños de un restaurante en la costa unionense. Los pandilleros les exigieron que entregaran dos vehículos, por lo que estas personas optaron por cerrar el negocio de la noche a la mañana y se fueron del país. La esperanza que tenían de obtener algunas ganancias en la Semana Santa se esfumaron.

Sin embargo, a pesar de que hay mutación de las pandillas en cuanto a las exigencias que hacen a quien extorsionan, generalmente el propósito de esos grupos delincuenciales es el dinero, “casi siempre”, afirman.