Dos masacres contra transportistas vinculadas a grupos de narcos

En enero tres transportistas fueron asesinados en un caso similar en El Porvenir, Santa Ana

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Cabezales en los que supuestamente Palma Aldana traficaba drogas a través de compartimentos secretos. fotos edh /

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2015-03-31 8:00:00

Ajustes de cuentas por droga parecen ser los móviles de dos masacres contra transportistas de carga, una en febrero en El Porvenir y la otra el lunes pasado en Quezaltepeque, de acuerdo a las autoridades.

El primero de los casos es el de José Mauricio Palma Aldana, conocido como Pan Dulce, un sargento de la Segunda Brigada de Infantería, de Santa Ana, durante el conflicto armado, entre 1980 y 1982.

Era un militar aguerrido, según cuentan quienes lo conocieron. La hazaña que primero sobreviene a sus excamaradas de combate es la aniquilación de una columna guerrillera en las faldas del volcán de Santa Ana. Él comandó esa acción, recuerdan.

Ya como transportista, en el caserío Singüil, en El Porvenir, Santa Ana, sus vecinos lo recuerdan como un hombre con cara de pocos amigos, que siempre andaba armado y que asiduamente disparaba al aire hacia el Cerrón, una elevación delante de la cual, hace unos cuatro años, construyó una casa y adecuó un terreno para estacionar rastras y furgones.

Por esa costumbre de disparar al aire fue que el jueves 26 de febrero, los vecinos no se alarmaron cuando escucharon un montón de balazos. Creyeron que a Palma Aldana le había dado por disparar al aire.

Pero no fue así. Los vecinos de Singüil cayeron en la cuenta de que algo malo había pasado cuando vieron luces y escucharon el ruido de carros policiales.

Fuentes policiales aseguran que Palma Aldana, su mujer, Olga Odili Rodríguez, y uno de sus motoristas de furgones fueron acribillados por varios hombres que entraron al inmueble vestidos con ropas similares a la de los policías.

Las mismas fuentes señalan que el transportista había colaborado con una agencia internacional antidrogas a la cual había aportado información sobre varios salvadoreños vinculados a un cártel que opera en el occidente del país, una agrupación bajo la lupa de autoridades estadounidenses, a la que ha sido vinculado el salvadoreño José Adán Salazar Umaña.

En mayo de 2014, el presidente de Estados Unidos, Barak Obama, designó a Salazar Umaña como capo internacional de la droga (http://www.whitehouse.gov/the-press-office/2014/05/30/letter-president-foreign-narcotics-kingpin-designation-act).

En su propia casa

Palma Aldana, según allegados, siempre mantenía varias armas de fuego donde guardaba sus camiones y furgones. Hacía alarde de ello. No en pocas ocasiones, la Policía llegó a registrar su propiedad atraída por los disparos al aire que él solía hacer.

Además, tras una cerca de alambre que circundaba toda la propiedad, había alambres electrificados, camuflados con los alambres de púas.

Por si eso fuera poco, tres perros pitbull (Killer, Ramsés y Soldado) y un husky siberiano complementaban su dispositivo de seguridad.

Pero a las fuentes no les sorprende que, a pesar de todas esas medidas de seguridad, Plama Aldana haya sido asesinado a mansalva, porque creyó que se trataba de un operativo policial.

No era raro que elementos policiales visitaran el predio, afirman algunos vecinos, pues era sabido que el hombre mantenía armas de fuego en ese lugar.

¿Traficaba drogas?

Hasta el miércoles 4 de marzo al mediodía, el inmueble donde Palma Aldana y otras dos personas fueron asesinadas, aún estaba custodiado por policías y militares por orden de la Fiscalía.

El 27 de febrero, agentes de la División Antinarcóticos (Dan) registraron el inmueble y los autos en busca de drogas o vestigios de narcóticos.

Al parecer, los agentes hallaron lo que sospechaban, aunque no especificaron de qué se trata, pues cabezales, furgones y dos pick ups están sellados con cinta amarilla con la que protegen evidencias.

Según las fuentes policiales, en varios de los cabezales hallaron compartimentos secretos en los que supuestamente habían transportado drogas y dinero.

Mas también se baraja la posibilidad de que a Palma Aldana le hayan ajustado las cuentas porque, supuestamente, hace poco hubo un decomiso de drogas en Costa Rica, la cual era de un narco del occidente del país.

Las fuentes policiales aseguran que Palma Aldana, al parecer, reportó una cantidad mayor a la realmente decomisada y que él se habría quedado con un alijo de cocaína que posteriormente comercializó él mismo en el mercado local.

El otro caso es la masacre del lunes, de nueve personas y dos heridos más, en otro predio de furgones en el caserío Milagro de La Roca, cantón Colombia, Quezaltepeque.

En esta masacre, las personas fueron encerradas en una oficina y ajusticiadas, muy similar a lo ocurrido en El Porvenir, donde las autoridades antinarcóticos también se han hecho cargo de las investigaciones (Ver nota siguiente página).