Los problemas de diseño del Sitramss quedaron nuevamente al descubierto a raíz de un accidente de tránsito en las vías exclusivas del sistema de transporte ocurrido el martes, el cual provocó que el tráfico casi se paralizara y ese día afectó el servicio que brindan los buses articulados y padrón.
Las críticas sobre la funcionalidad del Sistema Integrado de Transporte del Área Metropolitana de San Salvador (Sitramss) no son nuevas; desde que al proyecto le dieron luz verde en 2012 para construir la infraestructura, algunos expertos en transporte y tránsito e incluso estudios advirtieron los problemas que podrían presentarse.
Por ejemplo, en el accidente del martes, entre un bus y microbús del transporte público, inhabilitó el paso por el carril del Sitramss, sentido de Soyapango a la capital. Y los separadores ubicados entre los carriles del Sitramss y los del tráfico particular también dificultaron el quitar los vehículos, así como la circulación vehicular.
Ayer, el actual alcalde de San Salvador, Norman Quijano, declaró en una entrevista de canal 19, que el Sitramss “ha entorpecido la vida de los capitalinos”, ya que genera intranquilidad y pérdida del tiempo por el problema del tráfico al que se enfrentan a diario.
“Si no planificas, cómo vas a distribuir todo el resto de transporte público, eso (Sitramss) será un fracaso. Este proyecto lo empezaron hace tres años y todavía a estas alturas no definen cómo operarán las rutas alimentadoras”, expresó el edil capitalino.
Quijano añadió que el proyecto Sitramss no “socializó” y no tomó en cuenta las recomendaciones técnicas.
Uno de los estudios que no tomó en cuenta el VMT y que argumentaba de forma técnica cuál era la mejor ruta para ejecutar el proyecto fue el realizado por el Fosep (Fondo Salvadoreño para Estudios de Preinversión).
En ese documento se advertía que la Alameda Juan Pablo II no estaba contemplada para que un sistema de transporte masivo pasara por ahí; el estudio recomendaba que saliera de Soyapango, pasara por el Bulevar del Ejército, la avenida Independencia, la calle Rubén Darío hasta la alameda Roosevelt y la Manuel Enrique Araujo.
En la Juan Pablo II pasan 41 mil 470 vehículos diarios, según las estadísticas proporcionadas el año pasado por el VMT.
Mientras que en el Bulevar del Ejército transitan a diario cerca de 50 mil automotores, incluyendo al transporte público de pasajeros del sector de Soyapango, Ilopango, San Martín y los interdepartamentales que vienen del oriente del país.
En el accidente de martes, un bus de la Ruta 41B se estrelló contra los separadores del Sitramss, a pocos metros de la estación de Antekirta, en el Bulevar del Ejército.
Este destruyó separadores y derramó aceite , lo cual provocó que desde las 9:00 de la mañana hasta las 10:30 aproximadamente el plan piloto solo prestara servicio parcialmente, desde la estación de Fenadesal hasta la del Médico Quirúrgico.
En casos como el anterior, los separadores que fueron instalados en casi todos los 6.4 kilómetros que miden el carril del Sitramss se convierten en un obstáculo.
El malestar que ocasiona esa situación habría llevado a que en algunos puntos de los carriles segregados, la población haya quitado los separadores.
Pero el percance del martes no es el único ocurrido en la zona del Sitramss.
El 2 de diciembre de 2014, entre la 17a. Avenida Norte y la Alameda Juan Pablo II, cerca del Centro de Gobierno, un bus y un pick up colisionaron y como consecuencia hubo un extenso congestionamiento por más de 45 minutos.
Sin embargo, cuando el sistema funcione al 100 %, se ha proyectado que este prohibido que los automóviles particulares pasen sobre los carriles especiales.
Con la construcción de los carriles del Sitramss se redujo el espacio para circular de los autos particulares y las vías alternas resultan insuficientes para estos automovilistas.