“¿Por qué te me fuiste, quién nos dará de comer ahora?”

Fuerza Armada militarizó Panchimalco y Rosario de Mora en busca de los asesinos

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La víctima fue atacada a tiros cuando descansaba en una hamaca. Foto EDH / Lissette L??MUS

Por Oscar Iraheta Jaime García sucesos@eldiariodehoy.com

2015-04-10 8:00:00

El sargento primero del Batallón Presidencial, José Luis Martínez Miranda, de 44 años, descansaba la noche del jueves en su hamaca mientras su esposa le planchaba su ropa, cuando disparos a quemarropa lo mataron en el acto, en una forma cobarde como han sido perpetrados la mayoría de los asesinatos contra policías, militares, miembros del CAM, custodios de Penales y un jefe fiscal.

Amparados en la oscuridad, dos pandilleros lo acechaban esperando descargar sus armas contra el indefenso hombre. Las detonaciones estremecieron el cuerpo del encargado de la seguridad del Presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, recibiendo al menos 20 disparos.

Su cadáver quedó tendido en el patio de su casa, mientras el caos y el terror se apoderaban de niños, mujeres, adultos y ancianos que se encontraban en el lugar.

En ese hogar se encontraban su madre y su numerosa familia, incluso había mujeres que arrullaban en sus brazos a sus bebés.

Nadie pudo hacer nada. El sargento primero yacía en un charco de sangre, mientras todos lloraban tras el horror experimentado.

Los asesinos corrieron de la zona dejando a una familia sumida en el dolor, el llanto y la desesperanza.

La PNC acudió a la zona e inició la búsqueda de los asesinos y acordonó la escena del crimen.

En la casa, los llantos de todos se confundían y los más grandes abrazaban a los más pequeños.

La esposa de la víctima recordó los agradables momentos que vivió con su pareja. “¿Con quién voy a salir ahora mi amor”, “Por qué te me fuiste, quién nos dará de comer ahora?”, eran las frases conmovedoras que clamaba la mujer mientras sus hijos le frotaban alcohol en su pecho, ya que ella padece del corazón.

La víctima fue parte de la División de Protección a Personas Importantes (PPI) y luego efectivo del Batallón Presidencial, que brinda seguridad al Presidente y funcionarios de la Casa Presidencial.

Afuera de la vivienda las escenas también eran conmovedoras.

El silencio de sus compañeros militares y miembros del Batallón Presidencial reflejaban también el dolor de haber perdido a su colega y amigo.

Algunos militares comentaban a voz baja parte de la investigación y otros daban parte a sus superiores de lo que había pasado.

Aparte de la consternación entre los militares también era compartida la rabia que dijeron sentían por la impunidad con la que operan los pandilleros y las últimas bajas que han tenido las fuerzas de seguridad.

“A los mareros no les importa nada. Están dispuestos a morir y así se les debe tratar en las calles. Los derechos humanos solo sirven para ellos y no para la gente honrada”, declaró un soldado evidentemente acongojado.

Otros militares lamentaron los beneficios que han logrado los pandilleros por el apoyo del pasado gobierno y el crecimiento que obtuvieron durante la fallida tregua.

Recientemente, el ministro de Defensa, general David Munguía Payés, dijo que evalúan llamar a 10 mil reservistas para que apoyen a la PNC en las labores de seguridad pública.

Sitiaron Panchimalco y Rosario de Mora

Investigadores y militares dijeron que el responsable del crimen es un cabecilla de la mara 18 quien tiene múltiples detenciones por varios delitos.

Durante la madrugada de ayer, un contingente de militares, apoyados por vehículos blindados y más de 100 policías se desplazaron por las montañas y cerros en Panchimalco y Rosario de Mora.

Ambas localidades se encuentran asediadas por los actos delincuenciales de las pandillas. Los homicidios son frecuentes en esas zonas.

Los militares registraron a pasajeros de buses, a personas que se conducían en vehículos particulares y a todo sospechoso que encontraban en las calles de esas localidades.

Durante la operación militar y de la PNC, las autoridades capturaron a tres sospechosos del homicidio del sargento primero, quien se convirtió en el tercer militar asesinado por las pandillas en lo que va del año.

Los detenidos fueron identificados como los hermanos Carmelo y José P. P. y Geovani D.

El soldado José Balmore Palacios Molina, de 30 años, fue asesinado el 15 de marzo pasado un potrero, a casi un kilómetro de su casa, entre los caseríos María Victoria y La Esperanza, en el cantón Amaquilton, en Huizúcar, La Libertad.

El soldado estaba destacado en la Brigada Especial de Seguridad Militar situada en los alrededores de La Tiendona, en San Salvador.

También el cabo Josué Navarro García fue asesinado en el pasaje 1, colonia El Sauce, en Lourdes, Colón, La Libertad.

El vicepresidente de la República, Óscar Ortiz, dijo ayer que el auge criminal de las pandillas se debe a los operativos y traslados de sus cabecillas al penal de máxima seguridad de Zacatecoluca, La Paz.

“Era lógico y e esperaba una reacción”, dijo.

“Hemos desplegado con más fuerza a la PNC”, dijo.

Añadió que seguirán aplicando las políticas contra el crimen, como la Ley Antiextorsiones.