Tras el viraje que ha dado el Gobierno en los planes de seguridad para enfrentar a las maras, los cabecillas de estos grupos delictivos aseguraron ayer, a través de un comunicado, que cesarán los ataques contra policías, otros funcionarios y los ciudadanos.
En el documento —que según Raúl Mijango, mediador de las pandillas, es auténtico— los cabecillas sostienen que la reducción de hechos violentos es una “muestra de buena voluntad” de que quieren ser parte de un proceso de paz.
Los pandilleros señalan que Mijango ha presentado al Gobierno una propuesta de agenda para la paz, que contiene 26 puntos: 13 para ser abordados por los grupos delincuenciales y el resto por el Estado y la sociedad.
“Desde ya estamos girando instrucciones de acuartelamiento a nuestras unidades; de almacenamiento de hierros y pertrechos ; y que todos, tanto adentro de las prisiones como fuera de ellas, se concentren en el estudio y la discusión de los 13 puntos que se nos han propuesto”, dice el comunicado, con fecha 20 de abril, pero que se hizo público ayer, tres días después.
Esta no es la primera vez que las maras aseguran que quieren ser parte de un proceso que permita reducir la violencia que golpea al país.
En 2012, en la administración del expresidente Mauricio Funes, las pandillas acordaron una tregua para reducir homicidios. A cambio de ello, el Gobierno les otorgó beneficios que les permitió fortalecerse. Meses después, ambos bandos rompieron el pacto.
En enero pasado, el Ministro de Seguridad y Justicia, Benito Lara dijo que el Gobierno no está pactando con pandillas, porque “no es posible negociar con grupos delincuenciales”. En ese msmo mes, las maras emitieron otro comunicado en el que afirmaban bajarían los homicidios.