Apoyo JICA abonó en avances del país para mitigar riesgos

Apoyo de Japón permitió crear unidades especializadas

descripción de la imagen
La donación de maquinaria es solo uno de los componentes en que JICA apoya a E Salvador en la prevención en caso de desastres provocados por naturaleza. fotos edh / lucinda quintanilla

Por Lucinda Quintanilla comunidades@eldiariodehoy.com

2015-03-03 7:00:00

Durante los últimos años, la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) ha invertido en El Salvador más de 49 millones de dólares en cooperación no reembolsable en el tema de mitigación y prevención de desastres provocados por fenómenos naturales.

De forma puntual, la cooperación japonesa ha dirigido tres líneas de apoyo hacia el Ministerio de Obras Públicas (MOP), en donde la primera es el programa BONSAI, que impulsan en la prevención de desastres.

El segundo es el programa de Fortalecimiento de Capacidades para Mitigación de Riesgos (GENSAI) y, por último, el programa TAISHI, que consiste en la construcción de viviendas sismo resistentes.

Gracias a ese apoyo que JICA ha brindado a las autoridades salvadoreñas, se ha avanzado mucho en el tema, según el ministro del ramo, Gerson Martínez.

El titular sostuvo que el apoyo esmerado de la cooperación japonesa ha permitido a El Salvador, en materia de riesgo, dejar de ser el país más vulnerable a nivel mundial, para convertirse en el número ocho.

“En amenaza estamos ubicados en el noveno lugar, pero en riesgo hemos avanzado ocho posiciones y este avance que se ha logrado en estos cinco años es gracias a la construcción de una nueva filosofía y se trabaja en convertirla en cultura”, sostuvo.

Otro de los grandes aportes de JICA en materia de prevención fue la creación de la Dirección de Adaptación al Cambio Climático y Gestión Estratégica del Riesgo (Dacger).

Esa es una unidad dedicada al estudio de las zonas de riesgo en el país por inundaciones, deslaves y derrumbes.

En ella los expertos trabajaron haciendo modelos y estudiando el comportamiento de las zonas frágiles para proponer probables proyectos a ejecutar y reducir la vulnerabilidad para quienes residen en estos lugares.

“La cooperación japonesa nos está acompañando en romper la vieja cultura reactiva ante desastres naturales, donde históricamente nuestros países se han preparado para recoger muertos, escombros y heridos, ahora estamos trabajando en crear una cultura preventiva ante los desastres”, explicó Martínez.

“Recuerdo que cuando iniciamos trabajos, uno de los primeros desastres que se afrontaron fue el huracán (sic) Ida, que nos dejó 44 puentes destruidos, mientras que 61 más resultaron dañados y no teníamos máquinas ni recursos para poder atender las necesidades”, dijo.

Agregó que el MOP estaba muy debilitado cuando él lo tomó, ya que no contaban con 665 máquinas que fueron retiradas de la institución.

Fue entonces cuando el JICA tomó protagonismo al brindar apoyo con la donación de más de 16 millones de dólares en maquinaria pesada para trabajos de todo tipo.

Pero la apuesta iba más allá de recoger escombros una vez pasado el desastre, por ello iniciaron labores para trabajar en el tema de prevención de desastres naturales y rememoró la creación de la Dacger.

Recordó que cuando se creó esa unidad, coincidieron con la cooperación japonesa en muchos aspectos en el tema de prevención, por lo que se interesaron y comenzaron a apoyarles.

Explicó que ese apoyo incondicional ha ayudado al MOP y sus diferentes unidades a equivocarse menos en el desarrollo de sus planes para la prevención de desastres y trascender fronteras.

El apoyo del JICA también es técnico y consiste en la capacitación del personal de la Dacger.

Martínez aseguró que propuso al consejo de ministros a nivel centroamericano, crear unidades gemelas a la Dacger y tres países, incluso, ya trabajan en ello para que el impacto de los desastres por fenómenos naturales en estos países sea menor.

La unidad ha creado en más de cuatro años y con el apoyo de la cooperación japonesa, una serie de manuales que ya fueron adoptados por el consejo de ministros de infraestructura en la región.

Ahora estos son anteproyectos para que se conviertan en manuales regionales y tienen lineamientos específicos para la construcción de puentes con un enfoque de adaptación al cambio climático, es decir, infraestructura que pueda soportar los embates de la naturaleza.

Además, incluyen las obras a ejecutarse en la estabilización de taludes en zonas de derrumbes, pero con un enfoque al que ellos llaman de vegetación y paisajes.

Emilio Ventura, director de la Dacger, explicó que “estos manuales hacen énfasis en cómo contrarrestar los efectos negativos de la lluvia en nuestro país, estos fueron tomados porque en Japón viven situaciones similares a las nuestras en cuanto a riesgo, y ahí es donde encajamos y adoptamos medidas que son aplicables al país”.

Aseguró que también han elaborado manuales para la identificación de riesgo para la infraestructura existente, y con ello priorizar cuáles son los más vulnerables ante la caída de torrenciales lluvias, deslizamientos o desprendimientos de taludes.

Estos documentos contienen herramientas para compartir con los gobiernos locales y que estos trabajen en la construcción de sus planes de riesgo.

Martínez aseguró que el trabajo en materia de prevención incluye un mapeo a nivel nacional de las zonas de riesgo, con lo que han avanzado, y ahora buscan hacer obras de mitigación en las zonas que ya han identificado.

Concluyó que la cooperación japonesa es calidad de cooperación.

Entre las zonas beneficiadas con el apoyo de Japón está San Miguel, que en los últimos meses ha tenido emergencias generadas por el volcán Chaparrastique en la parte de sismicidad y actividad volcánica y en la de riesgo por deslizamientos. El Gobierno ha recibido mucho apoyo de parte de Japón en ese tema.