“En El Salvador hay que aplicar las leyes para contrarrestar a las maras que están operando en las calles y desde las prisiones”

El exasistente del Departamento de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, embajador Roger Noriega, acudió este miércoles junto a otros tres especialistas de la región a una audiencia del Comité de Seguridad Nacional del Senado de Estados Unidos.

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En El Salvador hay que aplicar las leyes para contrarrestar a las maras que están operando en las calles y desde las prisiones

Por Tomás Guevara Corresponsal desde Washington nacional@eldiariodehoy.com

2015-03-25 7:00:00

En su disertación frente a los titulares de ese comité de la Cámara Alta del legislativo estadounidense, Roger Noriega, quien es analista político e investigador del American Enterprise Institute (AEI), un centro de análisis conservador en Washington D.C., expuso que las problemáticas de la región centroamericana no se resolverían solo con el desembolso de dinero por parte de Estados Unidos.

En lo anterior coincidió con sus colegas William Kandal, Adolfo Franco, Eric Olson, con quienes formó parte del panel de testigos expertos en la región centroamericana sobre las migraciones de menores indocumentados desde El Salvador, Honduras y Guatemala y los alcances que tendría el Plan Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte.

En entrevista con El Diario de Hoy, luego de concluida la audiencia de más de una hora realizada en un salón del tercer piso del edificio Dirksen, Noriega acentúa que la primera tarea la deben cumplir los gobiernos de El Salvador, Guatemala y Honduras, que se beneficiarían con más de $1 mil millones que el Gobierno de Estados Unidos ha pedido al Congreso.

¿Qué es lo que a su criterio está pasando en la región de cara al Plan Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte?

Creo que es importante para Estados Unidos apoyar los esfuerzos de los gobernantes de estos tres países en mejorar la situación que atraviesan; pero la verdad es que la única posibilidad está con los gobiernos mismos, son ellos quienes tienen que adoptar medidas para hacer cumplir el estado de derecho y generar oportunidades económicas para sus pueblos.

¿No se ve claro ese compromiso?

En el caso de El Salvador, hay que aplicar las leyes para contrarrestar a las maras que están operando en las calles y desde las prisiones, que han tenido un pacto con el gobierno salvadoreño; por otro lado el asesor del presidente Salvador Sánchez Cerén, es el mismo José Luis Merino, quien –presuntamente– está involucrado en lavado de dinero por parte de los narcotraficantes colombianos. Entonces ellos (en el Triángulo Norte) tienen que darse la oportunidad de aplicar sus propias leyes para generar un estado de derecho y defender la seguridad de su pueblo y generar oportunidades.

¿Cree que eso debería ser como una actitud previa para encaminar el proyecto regional?

La realidad es que va tomar tiempo para aprobar algunos fondos por parte del Congreso de Estados Unidos, eso va requerir mucha revisión y todo esa parte de trámites que implicaría; en un aproximado de seis o siete meses los gobiernos tienen la oportunidad de mostrar su compromiso adoptando medidas específicas para mejorar las reglas del juego en sus países y dirigir de su propio dinero a este tipo de programas para estos proyectos que se están planteando. En otras palabras, podremos medir el compromiso de los países en los próximos meses y si ellos adoptan las medidas y generan recursos para llevar a cabo su iniciativa.

¿El hecho que se trate de tres países con liderazgos distintos supone algunas dificultades?

Yo apoyo la idea de cooperación trinacional es muy importante destacar por ejemplo que algunas medidas podrían ser mejores si son aplicadas por los tres países de la región, pero la realidad es que la responsabilidad de los gobernantes es fundamental, ellos tienen sus propias autoridades, sus propios problemas y son ellos los que tienen que destinar recursos y tomar decisiones para atacar los serios problemas de inseguridad y falta de oportunidades.

Los senadores han puesto mucho interés en la comparación previa que se ha hecho de ese megaproyecto regional como una copia del Plan Colombia. ¿Qué opinión le merece?

La realidad es que Álvaro Uribe es alguien totalmente diferente a los líderes de la región del Triángulo Norte, por su capacidad y energía, una fuerza política que es única también. Pero la idea que los gobiernos de estos tres países tiene es generar el mismo grado de compromiso y energía, creatividad a la hora de tomar las decisiones difíciles.

¿Usted cree que pueda haber un renacimiento de esos liderazgos para este propósito?

En mi opinión personal el presidente Juan Orlando Hernández (de Honduras) ha mostrado una gran disposición para generar cambios en Honduras con un estilo de gobierno distinto, por supuesto que todavía tienen serios problemas que nos dice la gente, como la corrupción que sigue en ese país, pero hay lagunas luces. En el caso de Guatemala que tendrá pronto un nuevo presidente veremos si la persona electa se acople a este tipo de compromisos de seguir las reglas del juego y generar recursos para construir por ellos mismos un gobierno real con la capacidad de enfrentar los problemas.

¿Qué pasa con El Salvador?

En El Salvador yo lo he criticado y la realidad es que en la cúpula del FMLN, el partido de Gobierno, hay una persona: José Luis Merino que está involucrado en el lavado de dinero por los narcos colombianos y otras actividades ilícitas; entonces tenemos que medir que va pasar; si él se va, o quizá ellos esperan que vamos a seguir apoyando a un gobierno que tiene ese tipo de relaciones problemáticas.

¿Para Estados Unidos significa mucho desembolsar esos $1 mil millones de dólares que ha solicitado la administración Obama?

Veremos si el Congreso se dispone a aprobar esos fondos, yo hasta ahora he visto escepticismo sobre ese plan de prosperidad para Centroamérica, con esa cifra de un billón de dólares, incluso por algunos demócratas en el Senado, pero en los próximos meses los centroamericanos tienen la oportunidad de demostrar que están comprometidos y aplicando recursos nacionales a estos proyectos y mostrar la voluntad de ellos con sus propios países.

¿La iniciativa CARSI, (Iniciativa de Seguridad Regional para América Central) debería fusionarse con este plan o mantenerse aparte?

Probablemente. Aunque yo no estoy ni manejo ese nivel de decisiones, pero está claro que esta administración del presidente Obama va seguir desembolsando dinero a países como El Salvador y otros de Centroamérica sin requerir un cambio de política, entonces no veo que hagan mayores cambios en los planes ya establecidos.

¿La sociedad centroamericana qué aporte debe hacer y si estaría lista para este megaplan apadrinado por el vicepresidente Joe Biden?

Estoy seguro que la población de estos tres países sabe y conoce en detalle los problemas que tienen, pero están esperando quizá ver cambios; o talvez esperan que Estados Unidos pueda ayudarles para presionar a sus gobiernos de que hagan cambios en sus políticas, como respetar las reglas del juego; y si esto pasa las sociedades mismas tendrán muchas más oportunidades generadas por un grado de transparencia en las cuentas de sus gobiernos, atrayendo más inversión extranjera. Pero todo esto sólo pasará si se respetan las regla de juego en esos países.