William solo tiene una puerta para superar la leucemia

El adolescente lleva casi tres años tratando de superar la enfermedad; ha tenido dos recaídas Especialistas le indicaron radioterapia, un tratamiento que no está disponible en el sistema sanitario público

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William Efraín Fuentes, de 19 años, fue diagnosticado con leucemia a finales de 2012. fotos edh/ jorge reyes

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2015-03-27 2:00:00

El corazón de Cristina Esmeralda Girón está destrozado; ella se siente impotente ante la enfermedad de su hijo mayor, William Efraín Fuentes, un joven que hace tres años integraba el equipo de fútbol del instituto de Tonacatatepeque.

William, ahora se la pasa el día en la cama, tratando de sobrellevar los efectos de la leucemia (cáncer en la sangre) diagnosticada en diciembre de 2012, la multiplicación de las células cancerosas no pudieron detenerse, al grado de ocasionarle tres lesiones en el cerebro.

El adolescente de 19 años vive con dolores fuertes en la cabeza, las manos se le duermen, ve borroso y está perdieron la audición derecha.

El avance de la enfermedad no pudo ser controlado con las quimioterapias a las que fue sometido en los dos años anteriores; el cáncer le causó una infiltración del líquido cefaloraquídio y se le alojó en su cerebro.

La resonancia magnética del 13 de marzo de este año detalla que tiene tres lesiones en parénquima cerebral y en las meninges.

La única alternativa de tratamiento y opción de vida que por hoy tiene William es la radioterapia con un equipo especial que radia directamente el cerebro y el canal medular, con ellos se reducen las posibilidades de dañar otras áreas.

Pero el procedimiento no está disponible en el sistema público de salud y que según William en el Instituto Nacional de Cáncer tampoco le ofrecen una alternativa dado la gravedad del daño que presenta.

En la travesía por buscar salvarle la vida a su hijo, la familia de William visitó el Centro Internacional del Cáncer, tras las pruebas diagnósticas determinaron que el joven necesita 20 sesiones de radioterapia.

El tratamiento tiene un costo de $14,800, el precio no incluye exámenes de sangre, medicamentos ni pruebas de control.

Por hoy la familia de William corre contra el tiempo, los especialistas del Rosales le han dicho que es urgente la radioterapia, cada día que pasa su estado empeora.

Entre lágrimas, Cristina comentó que en estos tres años se ha quedado con la casa vacía, vendió lo que pudo para poder completar los medicamentos que su hijo necesitaba mientras estuvo en tratamiento en el Rosales, porque frecuentemente había escasez.

Cabizbajo y visiblemente afectado, William dice que esa cantidad, los $14,800, están fuera de sus posibilidades “esto ya se pasó del limite, porque cuando en el hospital no había medicamentos había que comprarlos, costaban $300, $600, así”, expresó el joven,

Cristina trabaja como secretaria. Ella manifestó que ya no pueden hacer más préstamos, que familiares y conocidos han hecho colectas en las escuelas, pero lo que logran recoger es poco. Ella cree que de $5 en $5 podrían reunir el dinero necesario, pero luchan contra el tiempo.

“Necesito ayuda de alguien porque entre más días pasan la enfermedad va avanzando, yo sé que el dinero de poco a poco lo podemos reunir, pero estamos hablando de días, días y él va a llegar a un momento que va a perder la vista y no sé si en algún momento lo va a recuperar”, dice Cristina mientras trata de contener sus lágrimas.

La lucha de casi tres años

William tenía planes de ingresar este año a la universidad y estudiar Negocios Internacionales, pero obligadamente le ha puesto una pausa a sus aspiraciones, su enfermedad no se lo permite.

El año pasado como pudo y con ayuda de los maestros se graduó de bachiller general.

“Él me dice que no va a poder estudiar, que se vinieron abajo sus sueños”, comenta Cristina.

El 26 de diciembre de 2012, después de pasar por clínicas y hospitales públicos le dieron el diagnóstico; el joven tenía leucemia linfoblástica aguda, antes había sido tratado por dengue y fiebre tifoidea.

“Fue bien duro saber de la enfermedad, hasta hoy no lo digiero, él (esposo) me dice ya pasó tanto tiempo y vos todavía no lo terminás de digerir”, comenta la señora mientras hace pausas por las lágrimas que no puede detener.

William, quien recién se acababa de levantar y trata de evadir el resplandor que le afecta la vista, manifestó que ese 26 de diciembre esperaba que los médicos le dijeran que no tenía leucemia. Tras la noticia, los médicos le dieron ánimos y le explicaron que el tratamiento duraría ocho meses.

El adolescente se sometió a las quimioterapia, cuando finalizó y quedó con las sesiones ambulatorias creyó haber superado la enfermedad, hasta se reintegró a sus estudios, pero en febrero de 2014 recayó.

“Volví con los síntomas otra vez y me hicieron el aspirado de médula y salió que había recaído con 60 por ciento de blastos en mi cuerpo y volví a quimioterapia, recibí un ciclo de altas dosis”, explicó William.

A los tres meses de haber terminado las terapias recayó por segunda vez, en el Rosales le dieron tres ciclos de quimioterapia, que finalizó en octubre del año pasado.

Pese a los tratamientos, William no se sentía bien, en diciembre comenzó con dolores de cabeza, los estudios determinaron que había infiltración de las células cancerosas en el líquido cefaloraquídeo.

Para ello le aplicaron quimioterapia en la espalda, pero no surgió efecto del todo porque la infiltración había llegado a zonas del cerebro donde ya no llegaba el medicamento, por ello es necesario y urgente la radioterapia.

Desde entonces los dolores de cabeza no han cesado y su salud va desmejorando.

“Fuimos al Centro Internacional del Cáncer y me dijeron que sí necesitaba las sesiones porque tenía tres lesiones en el cerebro y que era urgente que me las dieran”, comentó el paciente.

Su madre dice estar desesperada, que la presión arterial se le ha elevado y no la logra controlar debido a angustia de ver a su hijo enfermo y no tener cómo tratarlo.

“Él los ánimos los tiene contra el suelo, si él no come yo no como, no puedo, estos días ha comido, pero no se le detiene el vómito, al ver eso no como”, añadió Cristina.

Héctor Valencia, jefe del Servicio de Hematooncología, manifestó que la leucemia es una enfermedad súper delicada que de no iniciar el tratamiento pronto el paciente muere.

Agregó que la radioterapia se indica como profilaxis del sistema nervioso central o por infiltración de las células cancerosas a ese sistema.

En el Rosales el tratamiento que ofrecen para esta dolencia es quimioterapia, a través del líquido cefaloraquídio.

“El problema es que las lesiones están intracerebrales probablemente (la quimioterapia) no le hace mucho efecto, eso requiere que el medicamento que va por el líquido cefaloraquídio llegue a esas áreas lo cual es difícil si no están cercanas a don de circula el líquido”, acotó Valencia.

Para apoyar a William puede hacer una donación a la cuenta del Banco Agrícola 003420392097 a nombre de Carlos Alberto Calderón o llamarle al número de celular 7349-7125.