Hermandades fortalecen su solemnidad y disciplina en la historia

Las organizaciones responsables de preparar las procesiones más solemnes en Sonsonate tienen décadas de esforzarse por conservar las tradiciones religiosas. Cada año fortalecen sus valores

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Disciplina, devoción y formalidad, son aspectos indispensables para formar parte de las diferentes hermandades de cargadores.

Por Iris Lima comunidades@eldiariodehoy.com

2015-03-27 7:00:00

SONSONATE. Llevar en hombros la imagen de Cristo Yacente, durante el Santo Entierro, de cada Viernes Santo, es un verdadero honor para cualquier feligrés católico; pero lo es aún más para los miembros de la Hermandad del Santo Entierro de Cristo de Sonsonate, quienes tienen que esperar varios años antes de tener este privilegio.

A lo largo de los años, son miles de personas las que han tenido este privilegio, cuyo recorrido supera las 12 horas.

El 7 de febrero del presente año, la directiva de esta hermandad celebró su aniversario 140 de fundación. Para ello, realizaron diferentes actividades, tales como una misa de acción de gracias, entrega de reconocimientos a donantes altruistas y, por supuesto, se llevó a cabo una procesión con la urna que se utiliza durante la Semana Santa.

La variante en este caso fue que Cristo Yacente fue cargado por decenas de personas no socias, quienes se inscribieron previamente en la hermandad y pudieron vivir en carne propia lo que sienten los cargadores cada Viernes Santo. Así lo explicó el secretario de la hermandad, Jorge Francisco Rodríguez.

“Se logró el objetivo primordial de la hermandad que es evangeliza a través de la procesión. Es una manera creativa de recordarle a la gente la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo”, manifestó Rodríguez.

Otra novedad durante la celebración es que el recorrido de la procesión no fue el que se hace en Semana Santa, sino que se visitaron zonas populosas como las colonias Sensunapán, San Rafael, Landovar y San Antonio.

La entidad fue creada el 15 de febrero de 1975 por fray Patricio Ruiz, quien provenía de México y se dirigía a Guatemala. Sin embargo, por el conflicto armado en ese país, el religioso llegó a Sonsonate y así fue como estableció la hermandad.

Para los miembros de la hermandad, la continuidad de esta institución ha sido posible gracias a la mística que tienen y a la disciplina que impera dentro de ella.

En este último aspecto, si alguien quiere ingresar tiene que cumplir ciertos requisitos, entre ellos el más importante es la perseverancia a través de los años, para ir ascendiendo de categoría hasta llegar a formar parte de los cargadores de la santa urna.

La historia sigue

Otra de las hermandades que estuvo de fiesta a inicios de este año fue la de Jesús Nazareno, de Izalco, en Sonsonate, que surgió hace 75 años, luego de que las actividades de la entonces cofradía de Jesús Nazareno crecieran y el número de socios se incrementara.

Mario Vanegas, de la referida hermandad, explicó que la celebración de fundación de la hermandad inició el sábado 7 de febrero con una tradicional “vela”, donde se construyó un altar alusivo a los años 50.

Hubo música de marimba, las calles fueron adornadas con gallardetes, hubo chilate y el tradicional dulce típico de la época. La gente llegó a venerar la imagen, para agradecer favores o para pedir un milagro.

El domingo, a las 8:00 de la mañana hubo una misa de acción de gracias y a las 11:00 salió la procesión, que culminó 11 horas después, luego de haber recorrido ocho barrios de Izalco.

Una de las personas que lamentó no haber asistido por primera vez en su vida fue don José Dolores Elas, de 81 años, quien hace ocho meses sufrió una fractura en su columna y también perdió la vista. Él pertenece a la Hermandad del Santo Entierro desde 1945 y a la Hermandad de Jesús Nazareno desde 1948.

Postrado en su cama, dijo sentirse orgulloso de ser miembro de las hermandades, pese a encontrarse en una situación adversa de salud.

Fue uno de los fundadores de esta hermandad. Recuerda claramente los días que trabajó en la construcción de la casa de Jesús Nazareno, acarreando piedras desde el río Shutía hasta el barrio San Sebastián. Asimismo, fue uno de los artífices de la creación de la banda de la hermandad, en el año 2012.