Kobe, una ciudad que resurgió de las cenizas

Esta ciudad sufrió el embate de un terremoto y un incendio al mismo tiempo, que acabó con casi toda la ciudad en 1995

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La imagen es parte de la exposición permanente que las autoridades de Kobe mantienen.En la actualidad Kobe es una ciudad llena de muchos edificios y preparada para emergencias.Parte del museo de Kobe, en donde exhiben imágenes del fatal terremoto e incendio.La modernización de la prefectura es notab

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2015-02-20 7:00:00

KOBE, JAPÓN. La ciudad de Kobe, ubicada en la prefectura de Hyogo de la región de Kansai en Japón, fue devastada el 17 de enero de 1995 cuando a las 5:46 de la mañana se registró el terremoto más grande de su historia, con una magnitud de 7.3 grados en la escala Richter que acabó con casi todo lo que había.

El movimiento telúrico causó que las conexiones eléctricas colapsaran y provocaran un incendio de grandes proporciones que terminó consumiendo lo poco que había quedado en pie después del sismo.

La doble tragedia acabó con la vida de cuatro mil 571 personas, 14 mil 678 más resultaron lesionadas cuando cayeron sus casas tras el movimiento sísmico, 67 mil 421 casas y edificios cayeron completamente, 55 mil 145 más resultaron parcialmente dañados y se quemaron otros seis mil 695 durante el incendio.

Según los residentes, en aquella ciudad solo se respiraba desolación y muerte tras las dos tragedias, cuya pérdida en yenes (moneda local de Japón que su equivalente es de 118 yenes por dólar) fue calculada por las autoridades en siete trillones.

Saburo Tanigana, un sobreviviente del terremoto e incendio, recuerdo con una tristeza las fatales escenas que convirtieron a la ciudad en un campo de ceniza y escombros.

“Vivía en City Hall, recuerdo como que fue ayer cuando el terremoto abrazó la ciudad y la destruyó, por mi mente no pasaba nada en ese entonces ante la impresión de lo ocurrido, estaba en casa y salí con mi familia a resguardarnos, afortunadamente no perdí a nadie de mi familia en ese entonces, pero lo vivido desde ahí en adelante fue muy duro”, explicó.

Agregó que en forma de agradecimiento por estar con vida después de lo ocurrido, resguardó a su familia del peligro y luego comenzó a hacer trabajo de voluntario en el rescate de personas y trabajo comunitario, una vez evacuadas las familias que sobrevivieron, ahora el septuagenario sigue trabajando como voluntario en el Instituto de Reducción de Desastres y Renovación Humana instalado en esa ciudad que funciona como museo para recordar esa tragedia, contando su experiencia a quienes visitan el lugar y cómo Kobe surgió de las cenizas después del desastre.

Yuichi Honjo, del Instituto de Investigación Urbana de esa localidad, explicó que tras el terremoto y colapso de las líneas eléctricas se desató el incendio, diseminado en 175 puntos que acabaron con 819 mil metros cuadrados de territorio de la ciudad.

Sin embargo, los que sobrevivieron a la catástrofe no vieron otra salida a la desgracias más que afrontar con valor lo que pasaba y darle vuelta a esa página. Las familias, en conjunto con las autoridades locales y nacionales, trabajaron durante mucho tiempo para construir casas temporales y ofrecer un hogar a esas familias que quedaron sin nada y durante tres meses no tuvieron gas ni servicios básicos.

Desde ese momento todos los pobladores trabajaron de manera conjunta y coordinada con las autoridades y ayudas de otras naciones para comenzar la reconstrucción de edificios para dar una vivienda permanente a las familias. 10 años después fue posible.

Honjo aseguró que, posterior a las desgracias, los residentes de Kobe aprendieron tres lecciones, “que podrán ocurrir en el futuro más desastres de ese tipo, por ser una ciudad asentada a las orillas del océano; además, que las comunidades son las que protegen la vida de sus miembros; y por último, que las acciones que no suelen hacerse en la vida cotidiana no es verdad que se llevarán a cabo en la vida real, por eso es necesario prepararse y trabajar en la prevención de forma permanente”, apuntó.

Una de las comunidades más emblemáticas con esta tragedia fue Rokko y Noda, de ambas no quedó nada en pie y fue donde más gente murió; pero la fortaleza de su gente y el trabajo coordinado entre las instancias del Estado han permitido la recuperación tan pronta de esas zonas.

Según Hisashin Uchida, también del Instituto de investigación Urbana de Kobe, Rokko, perdió casi toda su infraestructura, de igual forma Noda.

Hoy Kobe esta renovada, es una ciudad moderna y con una belleza sin igual; pero sobre todo llena de mucho historia escrita con los nombres de cientos de personas que desaparecieron tras la tragedia.

Ahora los residentes viven conscientes de que una desgracia, similar o peor puede ocurrir, pero están preparados para afrontarla porque su lección y resurgimiento la aprendieron de la tragedia.