LA UNIÓN. José Napoleón Recinos es el encargado del cuidado en el vivero de tortugas de playa El Maculís, en el municipio de Conchagua.
El hombre, pese a que actualmente no es temporada de desove de huevos de tortuga, se mantiene pendiente de los pocos quelonios que llegan a depositar los huevos a la arena de la referida playa.
Lo que busca es evitar que los huevos —escasos en esta época— sean comercializados, razón que lo mueve a mantenerse custodiando la playa.
Ha creado su propio plan de vigilancia y cuidado de los huevos, siempre en el mismo vivero. Consiste en que vende los huevos que colecta a familias acomodadas de la zona y luego va a depositarlos en el vivero de Maculís.
La recompensa para sus clientes es que cuando han nacido las tortugas, les avisa para que lleguen junto a sus familiares y amistades a liberarlas.
El 11 de febrero hubo liberación, ya que tenía sembrados dos nidos, uno con 108 huevos y el otro con 40, todos de la especie golfina.
“En los meses donde hay menos desoves son desde diciembre, enero, febrero, marzo, pero siempre salen de una a tres tortugas a desovar y para evitar que esas docenas de huevitos vayan a parar al comercio, prefiero estar pendiente, agarrarlos y traerlos a sembrarlos, pero ya los he vendido a familias de dinero”, comentó con gran entusiasmo el tortuguero.
Según Recinos, también promueve la protección del recurso con turistas extranjeros que llegan a la zona.
Agrega que “siempre me hablan de un hotel de la playa El Cuco para saber si tengo tortugas que estén listas para liberar, traen a los turistas, les doy la charla de cómo funciona el vivero y la importancia de protegerlas, así me gano 15 dólares”, explica.
El vivero es financiado por la Fundación Zoológica de El Salvador y se han liberado miles de tortugas.