Persiste baja inversión de universidades en el área de la investigación

En 2008 a nivel de los centros de enseñanza de nivel superior se invertía $18 millones y esta cifra descendió hasta $7.7 para 2013

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El último informe del NConacyt evidencia que el reto de incrementar l a producción científica es grande. Foto EDH / archivo

Por Susana Joma servicios@eldiariodehoy.com

2015-02-20 8:00:00

El especialista en educación Óscar Carlos Picardo Joao destacó que los centros de educación superior en general continúan con una deuda en cuanto a su aporte en el campo de la ciencia y tecnología.

“Preocupante es la baja que tenemos en lo que es la inversión en I+D (investigación más desarrollo)”, reconoció semanas atrás, en alusión al último informe de Indicadores de Ciencia y Tecnología en El Salvador, emitido por el Nuevo Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (NConacyt).

Según Picardo Joao, quien es director del Instituto de Investigación de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), los indicadores del estudio muestran como entre 2007 y 2013 la cifra de inversión en investigación y desarrollo que hicieron los centros universitarios e institutos especializados disminuyó de $18 millones a $7.7 millones.

“Otro dato que preocupa es la falta de estabilidad o decrecimiento del personal académico dedicado a investigación”, explicó el profesional a fines del año anterior.

El informe de la NConacyt señala que para 2008 había 141 investigadores en el ámbito universitario, para 2011 bajó a 66 y cerró 2013 con 97.

Al revisar las cifras del informe se observa que la proporción de investigadores activos en las universidades es significativamente más baja con respecto a la cantidad de profesores con los que estas cuentan año con año.

Picardo, quien es un investigador activo, sostiene que el poco esfuerzo en el tema también se observa en la baja cantidad de personal con nivel de doctorado que existe en las instituciones de enseñanza superior.

“Arrancamos 2008 con 16 doctores, se mantienen los 16 en 2009; 19 doctores en 2010; 19 doctores en 2011; 15 doctores en 2012 y 18 doctores en 2013”, cita el investigador con respecto al informe del Consejo de Ciencia y Tecnología.

El también consultor sostuvo que el número de profesionales con este posgrado “es un número pírrico para la cantidad de universidades que tenemos en el país, que son 38”.

De acuerdo con el análisis que Picardo Joao hace de esas cifras, ni siquiera hay un doctor dedicado a actividades de investigación por universidad, que él considera podría ser lo mínimo.

“Está estancada (la investigación) realmente y eso tiene que ver con varios factores, uno es el mismo estancamiento que tiene la Comisión de Acreditación (CdA) y eso ha llevado a cierto letargo de las universidades o a no preocuparse por el seguimiento (que se les da) a través de la CdA”, sostiene.

También es notoria la poca producción de publicaciones científicas generadas por los centros de enseñanza superior, incluyendo libros y revistas. Por ejemplo, en 2008 se publicaron 145 revistas, en 2009 fueron 167, en 2010 se tuvo 69, en 2011 hubo 67. Para 2012 se produjeron 104 y en 2013 se emitieron 75.

Sin embargo, la mayor parte de esas publicaciones son del área de las Ciencias Sociales y muy pocas de Ciencias Agrícolas o Ciencias Exactas.

“Igual el número (de documentos científicos) va bajando y tiene coherencia con el descenso en los presupuestos para investigación”, agregó el director de investigación de la UFG, quien no deja de advertir que también hay poca producción de patentes. A partir del estudio se puede notar que las patentes otorgadas no llegan ni a 20 al año.

Lo que Picardo ve como positivo es el hecho de que se ha avanzado un poco en el uso y difusión de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC).

“Hemos ido mejorando en casi todos los indicadores del año 2007 para acá. De un 60 por ciento de cobertura a un 86.84 de Internet. El número de computadoras también ha ido mejorando”, subrayó.

¿Qué significa en general para el país estos datos del informe ? En palabras del especialista este panorama supone que hay una pérdida de competitividad y de productividad.

“No estamos siendo competitivos. La existencia de doctores y la mejor inversión en I+D (inversión más desarrollo) suponen una dinamización de los mercados, mejores productos, nuevos productos y también significa que solo estamos consumiendo”, expuso al hablar sobre los datos brindados por el informe.

Sin embargo, para Carlos Roberto Ochoa, director ejecutivo del Nuevo Conacyt (dependencia del Viceministerio de Ciencia y Tecnología), el número de investigadores de las universidades ha crecido por el interés de estos centros en presentar el registro ante la CdA.

Ochoa incluso subraya que también ahora se ve más interés en profesionalizar a la planta de investigadores. “Ya se ofrecen posgrados en investigación científica y en temas específicos que necesita el investigador”, afirmó.

El representante del NConacyt detalló que los indicadores del informe revelan que hay avances en la matrícula de educación.

“Tenemos también un incremento en eficiencia educativa, que es la relación en cuántos alumnos egresan y cuántos alumnos de nuevo ingreso (tienen las universidades)”, precisó.