Monseñor Rafael Urrutia “La gente tiene que ver a Romero desde la fe”

El canciller del Arzobispado estimó que el anuncio de la beatificación es una invitación a la reconciliación, la paz y al amor

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Monseñor Rafael Urrutia "La gente tiene que ver a Romero desde la fe"

Por Marielos Ramírez nacionales@elsalvador.com

2015-02-04 8:00:00

Para monseñor Rafael Urrutia el camino para beatificar a monseñor Óscar Romero fue largo; la buena nueva llegó en el momento que Dios consideró oportuno. La beatificación es un regalo a la paciencia que ha tenido la Iglesia Católica en el país, consideró el canciller del Arzobispado.

Monseñor Urrutia estimó que la población debe aprender a ver a monseñor Romero desde el punto de vista de la fe, desde Jesucristo y del Evangelio. Y estimó que los políticos “han entendido” que no deben usar la figura de monseñor Romero para propaganda política.

¿Hubo cambios que hicieron que el proceso de beatificación fuera más ágil?

Al principio cuando comenzamos fue ágil, quizás un poco por la novedad y por querer conocer a monseñor Romero. Después se detuvo y finalmente se aceleró, precisamente, providencialmente por la presencia del Papa Francisco; su intervención ha sido realmente importante, sin el Papa Francisco no habríamos llegado en este momento, a este punto.

¿Cuáles fueron los obstáculos que tuvo la Iglesia para llegar al decreto?

Una causa de canonización por la vía del martirio siempre va a tener más dificultades que una causa de canonización por la vía de las virtudes heroicas. Porque la vía de las virtudes heroicas normalmente van a tener como referente únicamente a la persona; pero por la vía del martirio normalmente tiene a la persona y todo el entorno social, político, económico, cultural, religioso, en el que se da el evento del martirio.

Nuestra realidad social, política y económica de aquellos años era extremadamente conflictiva, de modo que eso complicaba dilucidar, discernir, cuáles habían sido las causas reales de la muerte martirial de monseñor Romero. Otro aspecto que retardó un poco fueron los opositores dentro de la Iglesia a la causa de monseñor Romero. Siempre, aún dentro de la Iglesia hubo eclesiásticos que se opusieron a que se llevara a cabo este proceso.

¿Por qué?

Por cuestiones de formación o por cuestiones ideológicas, no nos asusta. Yo creo que Dios es el que lleva las cosas a su ritmo, y Dios siempre sabe bendecir la paciencia que hemos tenido.

¿Qué vio el Papa Francisco que no pudo verse antes?

El Papa Francisco ha vivido la experiencia de fe en América Latina, que conoce la realidad latinoamericana con todos sus conflictos sociales, políticos, económicos, que conoce la pobreza de América Latina, que conoce la represión que hubo en América Latina, que conoce las violaciones a los derechos humanos en América Latina, pero sobre todo es un hombre de mucha fe y un hombre con un sentido de fe, sencilla, humilde; un hombre, creo yo, que además ha querido una Iglesia pobre, humilde, sencilla; una Iglesia que realmente esté en medio del pueblo. Esto lo identifica con monseñor Romero.

¿El anuncio puede utilizarse en el período electoral que vive el país?

A mí realmente no me preocupa eso. Creo que nuestros políticos han entendido que no deben usar la figura de monseñor Romero para propaganda política; no creo que tampoco sea algo sistemático propuesto por ellos. Puede ser que alguno haga alusión a monseñor Romero porque es católico o porque le agrada de alguna manera, pero no creo yo que ahora vayan a dedicarse a utilizarlo, como en otros tiempos. No creo yo que en este momento vayan a cometer la torpeza de pretender utilizarlo.

¿Cree que la gente piensa que monseñor fue un hombre de izquierda?

La gente tiene que aprender a ver a monseñor Romero desde el punto de vista de la fe, desde Jesucristo, desde el evangelio, desde la doctrina de la Iglesia. Monseñor Romero nunca fue un político, ni fue un ideólogo, ni fue un agitador, fue un obispo católico que con el evangelio en sus manos, y en su palabra, iluminó la realidad tan dura que vivíamos.

Yo pienso que hoy, monseñor Romero estaría igualmente predicando con tanta fuerza, con tanta valentía, porque hoy vivimos una realidad realmente trágica, violenta, insegura y, además, llena de delincuencia, de narcotráfico, estaría diciendo una palabra realmente fuerte.

¿Cómo deben tomar ese anuncio los salvadoreños?

Este anuncio de la beatificación de monseñor Romero por su martirio es una palabra de Dios para nosotros. Dios, hoy está pasando por El Salvador, nos habla del martirio de monseñor Romero, invitándonos a la reconciliación, a la paz y al amor.

Diciéndonos que es tiempo de vida nueva, que necesitamos una vida nueva en El Salvador, que no está bien que nos matemos unos a otros, que no está bien que nos hagamos daño unos a otros, que no está bien que hagamos violencia unos contra otros. Es una palabra diciéndonos que somos hermanos, somos hermanos con los pobres, con los ricos, somos hermanos con los policías, con los mareros, somos hermanos con los soldados, somos hermanos con los militares, somos hermanos en este país.

¿Por qué se da este anuncio en este momento?

De una cosa estoy seguro, que el Papa nunca habrá pensado que era tiempo de elecciones. Se dio en este tiempo precisamente porque el proceso ha llegado a su fin, porque el proceso para la beatificación llegó a su fin y habrá que cerrarlo, y se cierra haciendo el anuncio y haciendo un decreto. Así es, no hay otra cosa.