Venden carros usados con DUI y NIT clonados

Vehículo solo permaneció en poder de la víctima 24 horas después de la compra, luego se lo decomisaron en Sonsonate

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Las ventas de inmediato, precios bajos, pagos con cheque a abono a cuentas y otras argucias pueden alertar a las personas de un negocio irregular. Foto EDH

Por Jaime López sucesos@eldiariodehoy.com

2015-02-16 7:00:00

Un comerciante de vehículos fue estafado con la venta de un automotor, el 22 de diciembre del año pasado. El joven relató que vio la oferta en la página electrónica de OLX.

Se trataba de un vehículo Honda Civic versión 2007, cuatro puertas automático que se comercializaba en 5 mil 700 dólares, negociable.

Conocedor de los precios de esos carros, no dudó en interesarse, pues en el mercado podría cotizarse en unos 11 mil dólares, por lo que cualquiera podría fácilmente pagar 5 mil 800 dólares y sentir que es una ganga, según el comerciante, originario de Sonsonate.

Contactó con el vendedor y acordaron encontrarse en Santa Tecla para realizar el negocio.

“Cuando nos encontramos con el vendedor, el muchacho se comportó normal como un verdadero propietario del carro que vendía”, dijo el ofendido. Vieron el vehículo, lo probaron y negociaron el precio finalmente en cinco mil dólares.

A la hora del trato, el vendedor le entregó un documento de compra venta como que quien lo vendía lo había comprado meses atrás. “Lamentablemente, yo en ese momento no tenía ninguna herramienta para garantizar que los documentos que estaba recibiendo fueran legales”, explicó.

Además, luego de la venta, el cliente recibió el vehículo con la tarjeta de circulación y escritura respectiva, hasta aquí nada anormal había sucedido para él.

La sorpresa estaba por venir, un día después del negocio la Policía lo esperaba cerca de su casa. Cuando pasaba por ese lugar, la Policía le hizo señal de alto y le pidió los documentos del carro y los suyos.

Al mostrarlos, uno de los agentes le informó que ese vehículo tenía reporte de robo de hace tres días.

“Lo peor del caso, que la Policía en menos de 24 horas después de la venta, a las 4:00 de la tarde del 23 de diciembre, me había ubicado en la dirección de mi residencia y me quitó el vehículo”, se quejó .

El vendedor, de unos 25 años que lo había engañado, se hizo pasar por Pablo Cortez Rivera, cuya identidad aparecía en el DUI, nunca se imaginó que lo habían estafado.

“En la denuncia que presenté a la delegación de Santa Ana, donde me sacaron una ficha de Pablo Cortez Rivera, la cual no correspondía a quien me había vendido el vehículo”, explicó.

La víctima no solo había perdido cinco mil dólares, sino su solvencia de persona honrada, pues a partir de ese momento figuró como sospechoso en la investigación que recién comenzaba.

“Tuve la percepción de que los policías que me decomisaron el automotor un día después de la compra, tenían algo que ver con este ilícito, por lo rápido que me ubicaron”.

El joven manifestó que hizo el negocio a la 1:30 pm., en Santa Tecla, y media hora después, a las 2:00 pm., ya habían activado el reporte de robo en la Policía.

A las 4:00 de la tarde del siguiente día, los policías lo habían interceptado en la entrada de Sonsonate, donde le notificaron que el auto que manejaba era robado.

“Los policías no me mostraron ningún documento, yo les enseñé la compra venta del vehículo que manejaba, pero los agentes me dijeron que yo decidía, o me llevaban detenido o accedía a entregar el automóvil y me dejaban libre”, relató el afectado.

“Yo lo que menos quería en ese momento era pasar la Navidad preso, entonces accedí, les firmé un acta que ellos redactaron pero no me mostraron ningún documento que hiciera constar que el auto tuviera reporte de robo”, agregó.

El siguiente día fui citado a una entrevista en la delegación de Santa Ana para averiguar cómo había sido el negocio.

No convencido con la transparencia del procedimiento de decomiso del carro, acudió a una delegación de Sonsonate, donde los policías que lo atendieron le dijeron que “veían el caso bastante sospechoso”.

Recuerda que el vendedor, entre conversaciones, le preguntó: ¿Y usted de dónde es?

Sin pensar en lo peor, asegura que le contestó que residía por la entrada a Sonsonate. “Pareciera que todo esto ayudó para crear un solo complot para realizar la estafa”.

La víctima no pudo ni siquiera denunciar el caso, porque el DUI del vendedor que tenía era falso y solo con la fotografía no le dieron ninguna esperanza de capturarlo.

En conversación durante el negocio, la víctima dice que el sujeto le afirmó que no era de Santa Tecla sino de Olocuilta, que habían acordado encontrarse en Santa Tecla porque era un punto en común, pues el sujeto dijo ser un estudiante universitario y el cliente viajaba de Sonsonate.

Acudió a la Fiscalía para denunciar el caso, pero uno de los abogados que lo atendió le dijo que si no tenía el nombre de la persona que lo estafó, no se podía hacer nada, solo se abriría el expediente y se archivaría por falta de datos.

Estas son personas muy bien entrenadas para disimular todo a la perfección, quienes además se aprovechan de que su víctima no tiene la posibilidad de detectar la veracidad de los documentos ni la información que antecede al negocio.

La apariencia del sujeto no dejaba duda de su honradez, parecía accesible, educado. “Bastante natural para mentir”. Recuerda que toda su actuación el día de la venta no despertó ninguna sospecha, subrayó.

La víctima supone que el sujeto que lo estafó podría estar de acuerdo en el ilícito con el propietario. Fundamenta su conjetura en el tiempo que tardó para activar el reporte de robo luego de hacer la venta.

Ahora, los investigados no son quienes vendieron el vehículo, -el verdadero propietario- o los agentes policiales que finalmente decomisaron el carro, sino la víctima que pagó por un automóvil con reporte de robo, cuestionó.

Como consejo recomienda a cualquier persona que desee comprar un vehículo en estas condiciones, que primero se asegure de que el vendedor le firme la compra venta y además le coloque su huella digital para ser localizado.